​​El uso de suelo

Verónica Narváez

Verónica Narváez Terán

Para todo santodomingueño no es novedad la triste realidad del histórico irrespeto a las áreas verdes de la ciudad. Crecimos viendo y escuchando de icónicas invasiones en las tantas quebradas que cruzan la urbe. La imagen de vivir en cercanía al río pierde su magia cuando vemos asentamientos en plenas zonas de riesgo, casas construidas incluso sobre las antiguas plantas de tratamiento de aguas residuales, esta es una verdad sentida por todos.

Mirar el pasado de la ciudad nos permite entender el presente, pero con la mirada al futuro es evidente que las acciones de ahora son trascendentales, y es ahí donde pongo la atención, ya que en nuestros barrios las áreas verdes, de un tiempo para acá, tienen dueño, las irrespetadas franjas de protección de los ríos de la ciudad, no solo tiene casas, ahora nuevos lotes y, hasta se levanta una gasolinera, todos aseguran  haber obtenido hasta en un par de años atrás el importante permiso  llamado “uso de suelo”.

Me pregunto ¿qué herramientas legales pueden frenar esta realidad expuesta, y que acciones en derecho se pueden hacer para revertir esta condición en caso extremadamente sensibles considerando los derechos de la naturaleza? Un llamado a quienes corresponda… a los elegidos fiscalizadores de las ciudades, a quienes pedimos regresar a mirar al frente y al lado de las calles de la ciudad, queremos menos peleas personales y partidarias que no nos representan, y más acciones que nos urgen sobre la ciudad que queremos.  Y por si no lo vieron, aquí en las líneas expuestas está un recordatorio de cómo podemos cambiar la historia.

Transmito el pensar y sentir de tantos ciudadanos que manifiestan cómo el uso de suelo es la base del respeto para la convivencia.

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