El santo de Asís

José Manuel Aguilar Reyes

El mundo veterinario, celebra todos los 4 de octubre, el día de su patrono San Francisco de Asís, decisión originada hace 80 años, cuando en la época del nacionalcatolicismo se dispuso que todas las profesiones tuvieran un santo patrono, correspondiéndole a la veterinaria, la vigencia del santo de Asís, decisión cargada de justicia, debido a las múltiples acciones y expresiones que, durante su peregrinaje (1181-1226), expresara el santo en defensa de los animales.

Es muy conocida la frase: “Dios creó todas las criaturas con amor y bondad, grandes, pequeñas, con forma humana o animal, todos son hijos del padre y fue tan perfecta su creación que dio a cada una su propio entorno; y a los animales, un hogar lleno de arroyos, árboles y prados hermosos, como el propio paraíso”, para sellar con esta: “los animales son mis amigos, y yo, no me como a mis amigos”, que hablan de su infinito amor por ellos.

El hombre mis estimados lectores, se debate en luchas fratricidas, donde a toda costa se ufana de matar a su congénere; en mi país, Ecuador, cada día que pasa nos vislumbra el asombro, cuando vemos incapaces, de frenar una matanza de hermanos en las cárceles, que parece no tiene fin, mientras por otro lado, la injusticia científica, también se cierne sobre la veterinaria, al ignorar su papel decisivo en la defensa de la vida humana y animal, sentencia que como espada de Damocles, hiere la sensibilidad de su legado científico, al negársele últimamente su participación en la lucha contra la pandemia, tema y persistencia que ha permitido salga a luz una sentencia de la propia OMS, que hace 25 años pronunciara, de que la salud integral se logra solo al fusionar la salud humana, animal y el ambiente, verdad que solo ahora toma vigencia.

En fin, la vida sigue su curso y la veterinaria como profesión la suya, prodigando su legado, como acción inequívoca del valor médico que ella encierra.

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