Hace un año, once meses y nueve días, una pandemia de carácter mundial sometía a todos los ecuatorianos al confinamiento obligatorio y controlado por los cuerpos institucionales que en el Estado se conforman. Sectores vinculados a la generación de flujos económicos se vieron afectados y se dio inicio a eventos que cambiarían nuestro rumbo de manera radical.
Hoy al haber transcurrido dos años de ello muchos criterios alientan a la comunidad al indicar que los efectos de la pandemia en el ser humano cada vez son menos letales gracias a la vacunación, a los cuidados y al establecimiento de políticas públicas de mitigación. Eso ha hecho que sectores afectados reinicien con normalidad sus operaciones como lo es el sector turístico que dicho sea de paso ha establecido estrategias para ello.
Justamente sobre ello quisiera tratar, inicia un feriado, creo es el primero que nos dejará ver si superamos o no los contagios en masa, en las últimas fiestas de navidad y fin de año no lo pudimos superar y los índices de contagios se dispararon otra vez, hay altas expectativas hoy. Es momento de reencontrarnos con la normalidad, abrazar nuevamente a la sensación de disfrutar con quienes queremos en aras de tranquilidad y contribuir con el desarrollo turístico.
Es hora del reencuentro con los nuestros, con la charla profunda, con el fraterno abrazo, con la familia y amigos, reencontrar la seguridad de nuestros operadores turísticos que sabrán que pueden producir sin temor a que sus emprendimientos queden en nada por una decisión emergente de gobierno, esperábamos esto ahora a vivirlo a plenitud y con la incertidumbre expectante de que las cosas marchen bien en las próximas semanas. Lo necesitamos, el reencuentro con lo social y económico nos espera, dos años de lejanía ya fueron suficientes.