Gabriel Villalva C.
Desde una perspectiva filosófica, los cuentos y las narrativas desempeñan un papel significativo en la comprensión de la naturaleza humana y el develamiento de los significados profundos de nuestras vidas.
Los cuentos a menudo exploran cuestiones fundamentales de la existencia humana, como la moralidad, el amor, la identidad, el conflicto y el propósito. Estos relatos permiten a los filósofos y a las personas en general reflexionar sobre estas cuestiones y comprender mejor su propia vida.
Los cuentos clásicos son esenciales en el desarrollo cognitivo de un niño, pues ayudan a plantear de manera lúdica dilemas morales, pero también son recurso invaluable por su contenido ético para los adultos, que no han olvidado sus primeras y más importantes lecciones y saben tenerlas presentes.
En lo referente a la construcción de la identidad, estas pequeñas ficciones presentan diversos personajes, con los que el lector podrá o no identificarse y, en esa medida, descubrir sus potencialidades, mediante esta exploración de narrativas que analizan temas como el heroísmo, la redención y el desarrollo del ser humano. De ahí la importancia de los cuentos, cuya estructura clásica no es una camisa de fuerza literaria, sino un sendero íntimo por el que el lector transita en su autodescubrimiento. No es fácil escribir cuentos respetando esta estructura, por eso es esencial conocerla y comprenderla primero. Para quienes estén interesados en descubrir ese secreto “El camino del héroe” de Joseph Campbell, puede ser un buen comienzo.
Demos pues entonces el valor que se merecen los cuentos, como elementos pedagógicos de formación y transformación, y como puentes que facilitan la comprensión entre diferentes culturas y perspectivas, cosa que por demás está decirlo, mucha falta le hace a este mundo.
Nueva Acrópolis Santo Domingo