El agua

Verónica Narváez

Los pronósticos de disponibilidad del agua en el futuro no son alentadores, todo indica que de continuar los patrones de consumo actuales de los recursos hídricos se prevé que se agravará no solo un problema ambiental, más se intensifica un problema social que evidentemente ya está presente en el planeta. En este escenario, se perfila una emergencia de búsqueda de alternativas en investigación e innovación tecnológica que permita primero reducir el consumo de agua y tratar las aguas residuales, estas aguas requieren ser depuradas y regeneradas, a su vez sean valorizadas en el ciclo económico actual. Y claro, la atención del estado con su prioridad requerida.

Al caso, de manera muy resumida, el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica es en el ente encargado de cuidar la tala en los bosques del país; Los municipios garantizan el agua potable y saneamiento en las zonas urbanas y esta responsabilidad se comparte en algunas zonas con juntas de agua (sin recursos económicos); las prefecturas velan el cumplimiento de la calidad de agua de descarga de las actividades productivas, obras o proyectos.  En el país, el recurso hídrico es considerado Patrimonio Nacional Estratégico de uso público, esto es argumento para que tenga una postura sólida y comprometida para atender un problema emergente con la asignación de recursos para abastecer no solo de alcantarillado es urgente varios sistemas de tratamiento de las Aguas Residuales Urbanas.

Además, la Gestión del Agua debe ser abordada no solo como política ambiental, debe ser atendida también como una política social, y reconocer al agua como un bien económico, por tanto, atender la falta de tratamientos de las aguas residuales urbanas es una arista clave para atender la pobreza y el desarrollo sostenible de las ciudades. 

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