Rogelio Morales Cattani
El latente problema diplomático entre dos países hermanos como Ecuador y México nos debe llevar a varias lecturas. Comenzando porque la interpretación de los convenios y acuerdos Internacionales (de gran valor) fueron hechos hace muchos años y en circunstancias que no existía con la gravedad que existe ahora, tanto crimen conexo al narcotráfico y su innegable contaminación de cierta clase política Latinoamericana, que aprovechándose de las debilidades de ciertas leyes, tratan de lograr inmunidad e impunidad. Utilizar Embajadas como refugios no fue el espíritu de la ley. Ahora, por defender o acusar a sujetos con problemas con la justicia, se movilizan aviones, se gastan recursos y se invierte tiempo que deberían aprovecharse en tratar de solucionar los grandes problemas de la región.
Mucho se ha hablado y escrito sobre La Convención de Viena de 1961, que contempla el “Asilo Político”, no el asilo a políticos que han delinquido. Convención con 23 años de vigencia que debe actualizarse.
Miremos algunos de los códigos, declaraciones y acuerdos Internacionales elaborados en otras circunstancias y, por tanto, alguna parte de ellos desactualizada porque el mundo no es el mismo que cuando se promulgaron.
Código de Núremberg 1947. Declaración de Ginebra 1948. Declaración Universal de los Derechos Humanos 1948. Convención de Viena 1961. Declaración de Helsinki 1964. Declaración de Tokio 1975. Informe Belmont 1991. Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos 1997. Declaración sobre Responsabilidades Generacionales Actuales para las generaciones futuras 1997. Estatuto de Roma 1998. Protocolo de Estambul 1999. Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos 2005.
Quienes no ven la realidad es porque amodorrados hemos sido pasivos, hasta que se presentan los problemas y ahora existe uno que debe llamar a la reflexión de “las momias cocteleras”, como les calificaba Correa a los Embajadores cuando no le daban la razón.