Armas y el ejemplo salvadoreño

Shakespeare Abarca. La decisión presidencial dando paso al porte y tenencia regulada de armas, generó un intenso debate, de un lado aquellos que se oponen esgrimiendo violentos y funestos escenarios, por otro lado están quienes dadas las actuales circunstancias, lo ven como una necesidad, para mitigar la creciente ola de inseguridad y violencia criminal que nos acecha. Dicen los primeros, que con esto el Estado está delegando al ciudadano su deber de brindarnos seguridad. Hipocresía pura, no se trata de delegar ninguna obligación, se trata de involucrarnos en garantizar nuestra seguridad personal, de nuestros allegados y de nuestros bienes. Quienes superamos los 50 años, recordaremos que décadas atrás, 60´s, 70´s y 80´s, nuestros padres con el permiso respectivo y muchos sin este, poseían una carabina o un revolver en casa.No recuerdo que por eso hubiera más homicidios que ahora, las armas pueden ser elementos altamente disuasivos. Todos ejercíamos el legítimo derecho a la defensa de nuestras vidas. Fue el prófugo, siguiendo las recomendaciones de Castro y el Foro de Sao Paulo, quién nos desarmó, a las personas decentes claro, porque los delincuentes continuaron más y mejor armados. El porte y tenencia será regulado mediante un exigente proceso, que debería ser más accesible y menos oneroso. El trabajo policial debería articularse con FF.AA. y guardianía privada, optimizando las leyes para que acciones probadas de legítima defensa se garanticen y no sean penalizadas. Al contrario de la cínica posición que plantea vencer la inseguridad actual con obvias medidas como mejorar la educación, el empleo y las condiciones de vida, que indiscutiblemente servirán.No obstante sus efectos se verán a largo plazo, hoy necesitamos resultados inmediatos, sin más dilaciones requerimos mano dura con la delincuencia, sin descuidar las mejoras sociales. Tenemos el ejemplo salvadoreño y un Bukele criticado por las ONG´s de Derechos Humanos, siempre izquierdosas, eficaces para defender derechos de los delincuentes, olvidándose de la gente honesta. Bukele es hoy admirado mundialmente, por haber doblegado a las Marasalvatruchas, las pandillas criminales más numerosas del orbe, combatiéndolas sin contemplación convirtió al Salvador en un país seguro, con cero crímenes en los últimos tiempos. No inventemos nada, hay un gran ejemplo, pero se requiere decisión y firmeza para hacerlo, lo que sin duda carecemos.