Aprender otro lenguaje

Jiame López

La elección de las dignidades ocurrida en la sesión primera de la Asamblea ha provocado algo así como estupefacción, desconcierto, en los ecuatorianos, que algo presagiaban, pero se quedaron cortos y  en el umbral de un recinto que no tenía alfombra roja.

El 17 de noviembre de 2023 debe quedar solo en los márgenes de la historia política nacional, porque no merece ni un cuarto de página, quizá un cuarto donde deben arrumarse las inclemencias que causa el ejercicio de una política  ejecutada por los caudillos que están inmersos en usar como vocablos las palabras “odio”, “ impunidad” “alianzas” usando la obcecación como terno de gala. Dejando momentáneamente  a un lado los sentimientos que fastidian, empecemos por hacerle caso a las encuestas que definen al presidente Noboa como una persona apegada al silencio, que no causa adhesión, así lo ha demostrado a pesar del axioma que dice que quien calla otorga, para completar el esquema de que quien habla demasiado muchas veces equivoca. Lo que le está pasando al que sale por la puerta trasera de Carondelet que en los últimos meses se ha empeñado en gesticular demasiado desde las puertas de los aviones emprendiendo viajes al exterior, muchos de ellos sin sentido e indicando todo lo que ha hecho en su gestión, olvidando por supuesto lo que no hizo, enseñando un libro que dice que ha escrito para que lo lean quienes, según él, dicen pendejadas, que considera como su primer afiche para la campaña electoral que buscará su elección el 2025. Lasso entonces ha aprendido otro lenguaje, vulgar y ofensivo, seguramente escuchó atentamente lo que el presidente Noboa dijo al recibir su credencial, no esquivó el dardo que le lanzó y como le faltan dos días para salir estará rumiando sus iras y despechos por haber callado y no haber sido frontal y noble en manifestar sus expresiones en su mandato. El presidente Noboa de acuerdo a su silencio prudencial y su calma que encubre sus errores, ha sido obligado por las alianzas cometidas con los caudillos que todos conocemos, a que en su lenguaje diario incluya las palabras impuridad, inmunidad, porque ya suenan los pedidos para que regrese el prófugo Patiño que será otro de los escollos que debe enfrentar, porque del primer escollo que ha sido el desbarajuste de los repartos para las vicepresidencias y las comisiones de la Asamblea, ha permanecido callado ante la opinión pública. Nada ha dicho de la elección de un asambleísta de especial nombre que parece apodo Eckenner, al que le va mejor que lo llamen hornadero solidario, que está de acuerdo con la función de director de un camal que ejerció. También sorprende la lentitud de nombrar a los miembros de su Gobierno, lo que demuestra también que la gobernabilidad es un vocablo que no ha incluido en sus actividades . En fin, para quienes hemos ejecutado gran parte de la vida nuestra y compartido las otras de seres queridos, no será obligatorio modificar nuestro lenguaje.