Abad y el gulag en Israel

Giuseppe Cabrera

El castigo para los traidores y disidentes políticos siempre ha sido la expatriación de los enemigos del líder o el proyecto a los lugares más lejanos del territorio, junto al exilio; en la rusia estalinista terminaban en campos de concentración soviéticos en Siberia, aislados y condenados al olvido.

Ahora, Abad paga la pena de lo que haya cometido y todavía no se conoce, todo es aún opaco y entre quienes señalan la agenda propia de Abad, los aliados que tuvo en campaña o su discurso de extrema derecha que ahuyentaba los votos de centro en la elección presidencial no hay una versión oficial de los hechos que dé cuenta del ostracismo político al que ha sido sentenciada.

Claro que el Presidente Noboa asigna funciones a la Vicepresidenta conforme el art. 149 de la Constitución, eso es repetir lo evidente, pero ¿esa atribución constitucional significa que se puede obligar a alguien a realizar un trabajo que no desea? O peor aún, ¿obligar a alguien a dejar su lugar de residencia permanente y ejercer funciones fuera del país? Yo, que decido creer que el Estado de derechos y justicia es más que abrir la constitución y leer un párrafo, sino más bien la garantía de derechos fundamentales, decido creer que no y a mi juicio cabe no solo una medida cautelar, sino además una acción de inconstitucionalidad contra el decreto ejecutivo claro está, siempre y cuando la Vicepresidenta deje las indirectas y declare explícitamente si quiere o no cumplir con la tarea que se le está asignando. Una tarea importante a nivel global, pero que hablando con honestidad es imposible en un año y medio y además que sea Ecuador un país pequeño, sin ninguna influencia en el mapa geopolítico mundial, el que logre solucionar un conflicto de más de 70 años entre dos Estados históricos que no se reconocen mutuamente.

Aun así, vale más el cinismo y guardar las formas que intentan hacernos creer el Presidente del ejecutivo, la Asamblea o la canciller con sus felicitaciones casi irónicas sobre la tarea de Abad, antes que decirle al país con honestidad qué mismo pasó entre Abad y Noboa.

Empezar así, no es un gran comienzo para quien ha dicho que desterraría de la política el revanchismo y la venganza como política de Estado.