Venta de aire

Cuesta creer que sea verdad, pero es cierto: para vender a los chinos, se comenzó a enlatar aire en Canadá, ante la agobiante contaminación que sufren ciudades como Beijing o Shanghai.

Luego de que en esas metrópolis se emiten alertas rojas, por el esmog  que excede el límite máximo para la salud, especialmente en el invierno, lo que a los ciudadanos imposibilita salir de casa, se cierran escuelas, adoptan medidas para frenar la congestión de vehículos, la atmósfera se llena de un color gris amarillento que causa problemas para la respiración, entre otros efectos nocivos.

En las Montañas Rocosas del norte de nuestro continente, se encuentra la empresa donde se industrializa el aire para exportar y comercializar. Al respecto, no han faltado preguntas de este tipo: ¿Se puede vender algo tan etéreo como el aire? ¿Existe mercado para todos aquellos que simplemente quieren disfrutar de uno o dos segundos de aire fresco? ¿No será perder el tiempo encapsular el aire? La respuesta proporciona la realidad y no solo en el caso de China sino de otros países, como India. En Quito, ya hay lugares donde la contaminación ambiental es preocupante.

Lo que se llama “males del desarrollo”, como polución, ruido, agresividad, hacinamiento, deben ser oportunamente controlados, a fin de garantizar calidad de vida.

Difícil entender lo indicado para quienes vivimos cerca de las montañas y volcanes, donde el aire es puro, el agua cristalina,  con horizontes que no alcanzan a ser abarcados a simple vista, como en los páramos donde  se respira tranquilidad y frescura, en medio de paisajes transparentes.

Un experto en ecología expresó: “Debemos cuidar nuestro planeta para que en el futuro no compremos aire como hacemos con el agua embotellada”. Advertencia oportuna que no debe caer en oídos sordos.