Sororidad y orgullo

Lorena Ballesteros

El pasado 24 de marzo María Paz Jervis asumió la presidencia pro tempore del Consejo de Empresarios Iberoamericanos. Su designación es motivo de orgullo para los ecuatorianos y para todas las mujeres de la región.

Conozco a María Paz desde hace muchos años. La he visto ejerciendo distintos roles: esposa, madre, amiga, colega… Exigiéndose al extremo en cada uno. Su don de palabra y elocuencia es un atributo que persevera en su personalidad desde que era una niña. La recuerdo detrás del podio de los modelos colegiales de Naciones Unidas, alzando la mano para ejercer su punto de vista en las clases de Ciencias Sociales, escribiendo ensayos o sentada frente al televisor consumiendo noticieros locales y globales.

Nosotras, sus amigas, sabíamos que en su adultez llegaría a dar discursos fuera de los podios colegiales o universitarios. Por lo tanto, más que sorprendernos, nos enorgullecimos cuando en septiembre de 2022 dio un salto de la academia al gremio empresarial. Ha pasado a la historia como la primera mujer en ocupar la presidencia ejecutiva de la Cámara de Industrias y Producción. También funge como presidenta de la Federación Nacional de Cámaras de Industrias del Ecuador.

Quienes la conocemos de tantos años supimos con certeza que su perorata feminista no era una moda de la adolescencia, sino una convicción, un propósito de vida. María Paz delineó su camino profesional a favor de la igualdad de género desde el inicio de su carrera profesional. Lo hizo como investigadora, docente y luego como decana de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad SEK. Se coló en agendas mediáticas como analista política, con reflexiones críticas hacia el poder y sus representantes. Siempre coherente, visibilizando, no solo las brechas de género, también las sociales que tanto aquejan a nuestro país.

Además de orgullo me invade un sentimiento de absoluta sororidad. Finalmente, tenemos a una mujer en un espacio que tradicionalmente ha sido ocupado por hombres. Una voz que transmite lo que todas necesitamos: equilibrio, justicia e igualdad. Una persona que puede visibilizar las brechas laborales y comprometerse con todo su esfuerzo para reducirlas. Para alcanzar cambios significativos.

Porque como también lo ha dicho reiteradamente la empresaria y filántropa Melinda Gates “si queremos que la sociedad despegue, hay que dejar de oprimir a las mujeres”. Y como María Paz expresó en su discurso “a pesar de que existen cambios, no podemos negar las brechas existentes… porque las mujeres todavía no ocupamos puestos de dirección en la misma proporción que ocupan nuestros amigos varones”. Con ese aliento nos invita a que nunca más las mujeres de Latinoamérica miremos los toros desde lejos. Y para que ella consiga su propósito, es necesario que demos un paso al frente y la acompañemos en su lucha, que es la de todas.