Salvatore Foti
Ecuador está entre los países más violentos de América Latina. Los secuestros, los sicariatos y las ‘vacunas’ siguen agobiando a todos los ciudadanos, excepto ministros, funcionarios y el mismo Presidente de la República, quienes no hacen absolutamente nada para mejorar la situación. Solo hablan y nos cuentan cifras y números que no dejan de ser irrelevantes frente a una realidad que es insostenible. Los criminales ya no tienen límites.
No hay como viajar porque en las carreteras te asaltan o secuestran, y luego te cortan los dedos para que paguen el rescate; no hay como trabajar porque te asaltan o ‘vacunan’; no hay como ir a la escuela porque hasta los niños y profesores son blancos de los terroristas, pero lo que más duele es que Ecuador no es seguro no solamente por culpa de los criminales, sino también por la criminal ineficiencia y complicidad del actual Gobierno.
Si quieren luchar realmente contra la criminalidad y hacer algo, deben empezar por lo más simple: que haya presencia policial y militar en las calles. Hay un déficit de policías; sin embargo, juntando policías y militares, este déficit se va reduciendo. Pero no hay voluntad de hacerlos trabajar juntos y 24/7. A militares y policías simplemente no se les ve en las calles, y, peor, de noche son más invisibles que el Plan Fénix.
Nos aumentaron el IVA a cambio de nada, hicieron una consulta que no resuelve nada para ahora decirnos que igual analizan implementar trabajo por horas, mientras nos cortan la luz e incluso hablan de quitar los subsidios de la gasolina, pero no vemos ninguna mejoría y más bien el país solo se hunde más y más. Es hora de exigirle al Presidente soluciones concretas. Ya basta de estar en campaña o de seguir hablándonos de temas políticos que ya nos cansaron.
Empiecen a trabajar o dígannos de una vez que les vale lo que pasa en el país.
¿Qué más hace falta para que despierten en Carondelet?