Lecciones de vida

Lorena Ballesteros

Elizabeth Zott es madre soltera. Es científica química y ha hecho fascinantes avances en la investigación de la abiogénesis, campo en el que quisiera destacarse. Sin embargo, por circunstancias de la vida, que no comprende, se ha convertido en estrella de televisión, tras varios meses de conducir el programa más seguido en Estados Unidos, “Cena a las seis”. Elizabeth Zott se desenvuelve en su espacio televisivo como si fueran lecciones de química para amas de casa, pues se enseña a cocinar con la precisión de un laboratorio. Elizabeth se refiere a los ingredientes con sus nombres científicos, pues no dice agua, sino H2O; o ácido acético en lugar de vinagre. Pero, en realidad, lo que se está impartiendo en cada programa no son clases de cocina, ni tampoco cursos de química, son lecciones de vida, consejos para cambiar la sociedad misógina y patriarcal de los años sesenta.

Esta es la propuesta de la novela de la escritora estadounidense Bonnie Garmus, que se publicó en 2022 en inglés; y que ya ha sido traducida a varios idiomas, incluido el castellano. El mensaje de la novela es tan potente que las lágrimas son inevitables, pero también las risas gracias a la magistral ironía de ciertos diálogos.

La novela lo tiene todo. Una trama que se desenvuelve entre pasado y presente y que da voz a distintos personajes, creando una perspectiva completa de cada uno. Una protagonista que se lleva todos los aplausos y que se queda grabada en el corazón de sus lectores. Una historia de amor que conmueve y que se refiere a la importancia de las relaciones de pareja que miran al otro, que lo aceptan como es y que se basan en la admiración y el respeto. Una niña que parece súper humana, pero que con su mirada transparente nos desarma ante los juicios de valor de los adultos. Un perro que mira con asombro lo absurdo del comportamiento humano.

Y especialmente, un mensaje que nos deja con la boca abierta. Pues lo descrito en el primer párrafo de esta columna quizás no sorprenda demasiado, porque ahora una mujer puede ser química, física o lo que quiera… Pero, en los cincuenta y sesenta, el adoctrinamiento patriarcal no lo permitía. Esta novela supone un homenaje a todas esas mujeres que fueron víctimas de sexismo, de violencia de género, de machismo incluso desde sus amigas o compañeras. Una época en la que la sororidad era muy escasa.

La lucha de género no ha terminado. Sigue. Avanza. Por eso es tan importante leer sobre el pasado cercano, ese que nos permite entender cuánto se ha caminado y cuánto falta por recorrer.

Mujeres, lean esta novela. Hombres, lean esta novela. Porque al terminar se sentirán de una u otra manera identificados. Y no crean que es de esas que pone al género masculino como enemigo intratable. Acá, lo más lindo es que hay excepciones a todas las reglas.