Metástasis en Navidad

Kléber Mantilla Cisneros

La impunidad obscena y otro juicio penal procaz ante el saqueo de dinero público, esta vez, en la reconstrucción de Manabí, junto a los chats reveladores del narcotraficante, Leandro Norero, quien escribió que sobornó con millones a jueces corruptos para que Jorge Glas salga de prisión, caricaturizan un narcoestado conducido por el trineo de mafias de la peor calaña. Un país guiado por testaferros del narcotráfico y políticos sumisos listos a tapar el tráfico de armas y drogas. Un prófugo RC en Bélgica, en rol de campanero de narcos y ladrones para que cualquier maleante salga huyendo.

Otro prófugo viviendo en EE.UU llamado Xavier Jordán dedicado a amenazar a la fiscal por datos y contexto que lo atan al crimen de Fernando Villavicencio. El plan siniestro para atentar, callar y corromper periodistas. Una alcaldesa rubia metida en venta ilegal de armas y la difusión anexa de su hoja de vida por su producción pornográfica. La trama continua de la corrupción en los hospitales del IESS durante la pandemia: los Bucaram, Salcedo, Jordán y un resto pillastre. El huésped mariachi de la banda ‘robolucionaria’ escondido, en pijamas, en la Embajada de México.

Y, la legión de legisladores enanos, cómplices, sabidos y obedientes; Henry Kronfle, que pide vacaciones navideñas para armar el tongo; los oficialistas disfrazados de sagrada familia; igual a la estrella del operador del pasado. Ronny Aleaga, alias ‘el Ruso’; el Latin King con curul metido y nadando en la piscina dantesca de Miami. Los militares con casco vestidos de verde encargados de explotar el radar de Montecristi y el campo electromagnético de luces bajo cielo abierto en la cárcel para las transferencias de dinero y regalos del narco a policías y jueces rateros. Habrá que incluir, en el caso Metástasis, a la autoridad electoral para descubrir el rostro del Santa Claus del narcotráfico, quien financió el correísmo y cada campaña electoral.

Pues, ¿de un gobierno aliado con mafiosos qué podemos esperar? ¿Qué pasaría si se explotaran los teléfonos celulares del resto de líderes criminales: del Fito, JR, del Jordán, del arlequín Wilman Terán y su fila de abogadillos; o, del capo de capos: Rafael Correa? ¿No será que la tragicomedia del cáncer social navideño recién comienza? Entonces, ¿por qué el hurto, secuestro y extorsión funcionan como manecilla de reloj cuando hay autoridades, policías y jueces corruptos repetidos? ¿No estamos viviendo un periodismo de investigación aún en ciernes?  No perdamos la esperanza: ¡Feliz Navidad!

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