José Alvear
Daniel Noboa, el nuevo inquilino de Carondelet, llega a la presidencia con tareas pendientes y poco tiempo. Serán apenas 18 meses de trabajo para alcanzar sus objetivos.
La deuda del último gobierno a sus mandantes es grande, luego de la pésima administración del socialdemócrata Guillermo Lasso que se olvido de lo esencial como la salud, la educación, la seguridad y se dedicó a pasear y a alimentar su ego durante una gestión que merece quedar en la basura de la historia.
Las cifras que nos deja Lasso son nefastas. En seguridad,’por ejemplo, para el cierre de este año se pronostican 40 homicidios por cada 100 mil habitantes. Se trata del quinto país en el ranking de las naciones más inseguras de la región.
Tenemos además un sistema judicial lento y corrompido. Y, donde la tasa de desempleo urbano es del 4,50 % y el riesgo país supera los 1.857 puntos.
El presidente Noboa sabe que ha entrado a la cancha los últimos 15 minutos del partido y debe enfocarse en lo prioritario para generar un efecto positivo en el país.
El Ecuador necesita medidas de shock para atacar los problemas que lo azotan. Uno que se sumó es la falta de electricidad generada por el negligente accionar de los altos funcionarios en CELEC que nos tienen con apagones y a punto de hacernos pagar una planilla de luz tres veces más alta de lo acostumbrado.
El nuevo gobierno enfrenta también un desafío que no nos permite ser más productivos y menos aún competitivos.
El otro talón de Aquiles donde debemos trabajar es la inseguridad. El presidente electo debe devolverle esa fuerza y respeto que merece la Policía Nacional con medidas puntuales como el respaldo jurídico y que puedan cumplir con tranquilidad su labor. Además de una correcta purga de elementos podridos e ineficientes de la institución. Es fundamental otorgar los recursos económicos necesarios para los uniformados, hay que equiparlos y capacitarlos.
Presidente Noboa es tiempo de actuar. No desaproveche la oportunidad histórica que tiene y adopte medidas concretas y efectivas para el país, el resto llega solo.
¡Es tiempo de democracia y libertad!