Inseguridad en el IESS

Wellington Toapanta

La historia del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social es de altibajos, por el populismo e intereses de intermitentes administradores, por acción ‘política’, pero, ‘investigadores’ hurgan responsabilidades en otros lados.

Desde su origen, como Caja del Seguro, en 1928, la administración del Instituto es tripartita: Gobierno, empleadores y trabajadores.

Hace 95 años, 13 empleados, incluidos gerente y tres miembros de la Comisión Ejecutiva operaban con un presupuesto mensual de 2.420 sucres; en 2023 suman casi 36.000 burócratas que cobran $51,6 millones mensuales. Habría exceso de 7.000 empleados, cuya depuración libraría entre $100 millones y $200 millones anuales para abonar prestaciones institucionales.

‘Expertos’ y ‘especialistas’ ensayan soluciones a los problemas del IESS, como tener 9 afiliados por 1 jubilado y no 5 por 1 actual; sugieren aumentar edad para jubilación, etc.; omiten imperativas concertaciones para promover inversiones, generar empleo, menos agendar cobro a morosos y deudores, procesar licuadores de deudas.

Cifras disponibles revelan que el IESS tiene 3,7 millones de afiliados, pero sus aportes porcentuales no son completos: 769.691 empleadores públicos y privados adeudan $2.078 millones. 1.556 empleadores de las Funciones Ejecutiva, Legislativa, Judicial y otros $29,3 millones. $3.6 millones de 21 entidades de educación superior. ¿las deudas revelan infracciones legales?

Existen subsidios que rebasan la solidaridad. Los hijos menores de 18 años y las parejas de los afiliados tienen cobertura de salud sin aportes. El tradicional del 9,45% del sueldo del afiliado cubre al menos 4 personas. Urge revalorizar el porcentaje para sostener el servicio. ¿Impopular?

El Gobierno no solo es moroso en aportes patronales. Son inconmensurables sus deudas, rebasarían los $10.000 millones, pese a que entre 2007 y 2017 se licuaron valores, las esfumaron. No cesa la venta de bonos del Estado, no cubre alrededor de $4.000 millones por prestaciones médicas privadas, incierto el aporte del 40% para pensión jubilar.

Así, la seguridad social genera sensación de inseguridad social. La desconfianza en el seguro obligatorio tiene ritmo ascendente. ¡Urgen profesionales en la administración!