Horizonte

Eduardo F. Naranjo C.

¿Por qué los pueblos toman decisiones erróneas? ¿Serán sus percepciones emocionales de rechazo a la incertidumbre? Dirigir naciones es asunto complejo en lo económico y social, más aún cuando la telaraña electrónica está llena de patrañas y falsos héroes, enmascarado la estructura piramidal de una sociedad con minorías de grandes  privilegios que excluyen de su mirada a los otros y acrecientan la brecha social no resuelta por los economistas.

El intelectual colombiano Carlos Echeverry, en su momento alto cargo de Ecopetrol, revisa una publicación del conservador norteamericano Brooks, quien afirma que en EE.UU. el problema es la mezquindad. Sustentando su hipótesis explicativa en las redes sociales, aislamiento, temor al ascenso de otras razas, desigualdad económica y pesimismo, Echeverry considera que lo fundamental es lo económico.

Los economistas son médicos sociales, cuyas recetas no han funcionado dice, como el caso de Chile, implantadas en tiempos de Pinochet y que concluyeron en el gran estallido social de hace tres años, pero señala  que “tampoco lo hizo la Concertación (socialistas pro mercado) que no fueron sensibles al estancamiento de la distribución del ingreso y la desigualdad”.

Comentario pertinente a la situación actual de nuestra América, donde las ideas progresistas están en ebullición. Critica las creencias de “Rousseau y Marx de que el humano es naturalmente bueno, considerándolo como relativismo moral”, en contraste menciona la creencia de los conservadores que fundaron USA y que sostuvieron que “el ser humano es lábil y propenso a dejarse seducir por el resentimiento y sus inclinaciones menos aconsejables”.

Su critica a los economistas está dirigida por no enganchar con la realidad social y solo fundamentarse en una matemática fría y errónea, pero también el periodista Marc Bassets, relieva al economista Thomás Pikketty como el ‘último gran intelectual francés’.