Hablemos sobre empleo

María Paz Jervis

 En medio de tantas urgencias que enfrentamos en Ecuador, existe un amplio consenso: ya es hora de hablar sobre empleo.

El mundo cambiante nos trae desafíos ante una sociedad digital, con nuevas dinámicas de interrelación en lo personal y, por ende, en lo laboral. La ‘cuarta revolución industrial’ supone que redefinamos las condiciones de los empleos tradicionales. En el actual Ecuador no podemos hacerlo porque estamos atrapados en un régimen laboral, viejo, anticuado y rígido que no contempla a la ciudadanía del siglo XXI.

Es indiscutible la necesidad de una reforma laboral, pensando en que la principal preocupación es la calidad del empleo y el alto nivel de informalidad, que a septiembre 2022 alcanzó 52.1%. Pero además se debe contemplar a aquellos grupos que tienen una situación desfavorable en el mercado laboral; por ejemplo, de los jóvenes entre 18 y 29 años, el 9.9% está desempleado, frente a la tasa nacional de desempleo que es 4,1% al mes de septiembre del presente año; también se debe esbozar estrategias para los dos tercios de los trabajadores adultos mayores a 45 años que se encuentran trabajando en condiciones no adecuadas, frente a la tasa nacional, que es del 60%.

La adaptación de la norma principal en materia laboral a la dinámica real de la actividad económica debe buscar incluir a los grupos vulnerables al mercado laboral, al mismo tiempo que crea las condiciones de trabajo óptimas para todas las personas a lo largo de su vida; una medida que beneficiaría al país en su conjunto si se diseña con criterios técnicos al margen de posturas políticas, y que va a tener efectos dinamizadores sobre la actividad empresarial y económica. Por tanto, es de interés de la mayoría promover estos cambios.

Hace algunas semanas, desde la Cámara de Industrias y Producción (CIP) propusimos a nuestros pares gremiales y a los representantes de los trabajadores que nos juntemos a hablar sobre los desafíos en materia laboral que enfrenta nuestro país. Y estamos de acuerdo en que vamos a reunirnos para dialogar, como lo hemos hecho en semanas previas frente a temas de igual relevancia, como la designación de los representantes al IESS.

Seguro que de estos nuevos espacios de diálogo saldrán muchas coincidencias y algunas diferencias, pero sobre todo una nueva ruta de prosperidad para el Ecuador. Es hora de diseñar un régimen de empleo que favorezca el desarrollo social y económico de toda la población de manera inclusiva.