¿Cuál es el papel de los jóvenes ecuatorianos para direccionar el país? ¿El conglomerado social más influente aprueba o no el uso de combustibles fósiles y acepta la política de subsidios a las gasolinas? Acaso, ¿los estudiantes no demuestran su protagonismo activo en la defensa de Galápagos, la explotación del Yasuní o la innovación de energías limpias? ¿La izquierda ambientalista, seguidora del Che Guevara, prefiere la protesta vandálica sin argumentar su posición frente a la delincuencia callejera, el narcotráfico, desempleo y la corrupción política? ¿Cuál es el rumbo trazado por los jóvenes, de universidades ausentes y tiempos de pandemia?
Lo que sí el actor Leonardo DiCaprio dio un batacazo sorpresivo a la opinión mundial por apoyar la idea de Guillermo Lasso: un corredor marino que proteja Galápagos de barcos depredadores y negociar los abonos con la deuda exterior. Sin duda, un punto de inflexión más en los resultados de la cumbre de Glasgow; en la historia y en la crisis climática internacional. En la cuarta revolución industrial enmarcada por la inteligencia artificial, los peligros de la digitalización, el oscurantismo del consumo despiadado; pero, sobre todo, por los efectos de los gases de invernadero y el calentamiento global.
El millonario dueño de Amazon, Jeff Bezos, que posó en otra foto junto a Lasso, parece captar el problema geoestratégico. Ecuador sirve de alivio y alerta para debatir la concentración de poder y la pobreza extrema. Los informes científicos y de organizaciones internacionales climáticas interpretan la desigualdad social y la falta de inclusión en el impacto ambiental. No son sostenibles las democracias porque descuidan el manejo de los poderes públicos. La muerte masiva por golpes de calor, inundaciones impredecibles, frecuencia de sequías, incendios forestales, ciclones y demás fenómenos que alteran la temperatura terrestre resumen el actuar del homo sapiens (hombre-sabio).
Por eso el llamado a la conciencia de los jóvenes: rockeros y millenials, guevaristas y yasunidos. Tendrán que involucrarse en políticas del cambio, el humanismo raso, la paz continental y la recuperación de la confianza en el Estado. No basta con proteger páramos y bosques, recuperar cuencas hídricas y animales, reciclar la basura y detener la explotación petrolera y minera sin actuar y construir la gran nación del futuro.
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