¿Cuál es el modelo?

Desde la transición a la democracia no hemos resuelto la misma pregunta en lo económico: ¿hacia dónde vamos? La ruta puede ser de doble vía: la sobrevivencia a cuenta gotas de un modelo rentista que no da para más u otro que nos asegure ingresos permanentes y que asegure unos mínimos de calidad de vida. Desde siempre se ha impuesto el primero, debido a la maldición del petróleo, la confianza en el oro negro “eterno” y la pésima calidad del gasto, además de la concentración de la riqueza e ingresos en muy pocas manos. Los resultados son evidentes. Se ha empobrecido aún más a la población y la mejor época del segundo boom petrolero nos dejó más endeudados que nunca porque nadie quiso ahorrar. Me refiero al gobierno de la revolución y su cuento del cambio de matriz productiva que nunca ocurrió.

Desde siempre, cada Gobierno ha hecho tabula rasa del anterior. Ningún antecedente vale y se reinventa el Ecuador cada cuatro años, a veces cada dos o uno. Entonces, lo que está medianamente caminando se anula, lo pésimo se embodega y lo nuevo se resalta como glorioso. Así, nada es sostenible. De ahí, la necesidad de debatir y llegar a ciertos acuerdos con la mayoría de sectores representativos acerca de hacia dónde. Las reglas mínimas de ese espacio deben ser eliminar la demagogia, el sobrediagnóstico, la catapulta de intereses personales y corporativos, y la mala fe que nunca falta. ¿Qué queremos como ecuatorianos y ecuatorianas?

Partiré por algunas preguntas que parecen obvias: ¿Cómo mejoramos la producción, pero sobre la productividad? ¿Cuál es la relación entre la demanda global versus la oferta nacional en materia agrícola? ¿Con qué contamos para ser más competitivos? ¿Cómo aprovechamos los saberes artesanales y artísticos que embellecen a nuestro país en cerámica, sector textil, en el tratamiento del cuero, en el arte culinario? ¿Cómo potenciamos la riqueza natural, por ende, turística y de qué manera? ¿Qué ganamos al estar en la mitad del mundo? ¿Cómo fortalecemos las ciudades patrimonio de la humanidad como Cuenca y Quito? ¿Dónde quedan la educación, la salud, la seguridad social y el ambiente?