¿Colonia yanqui?

Como nunca antes en la historia, en estos días sobresale el entreguismo del Gobierno nacional a la potencia imperial y, además, con profunda “satisfacción” porque la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos aprobó la denominada Ley de Asociación Estratégica Ecuador-Estados Unidos de 2022, con la que convierte al Ecuador en una especie de país obediente a los dictados de la Casa Blanca y así arrasa con su independencia y soberanía.

Esa ley «reconoce al país como un socio democrático y estratégico clave en América Latina para Estados Unidos». Según la Cancillería, “la ley traza una estrategia de fortalecimiento de la cooperación entre Estados Unidos y nuestro país en temas de interés mutuo, como el fortalecimiento de las instituciones democráticas y la promoción del crecimiento económico inclusivo. También apoyará las iniciativas de conservación del medio ambiente y expandirá las capacidades para enfrentar la corrupción, el crimen y la inseguridad». En otras palabras, el Ecuador será un estado colonial en el que Estados Unidos impondrá sus leyes de conformidad con sus intereses. “El Gobierno se encuentra listo para cooperar en todos los campos de interés mutuo”.

La Ley confiere a Estados Unidos un gran poder sobre Ecuador. Coadyuvará en las mejores prácticas para mitigar los riesgos para la infraestructura digital al hacer negocios con las redes de comunicación y las cadenas de suministro de comunicaciones con equipos y servicios de empresas con vínculos estrechos o susceptibles de ser presionadas por los gobiernos o los servicios de seguridad sin controles legales fiables de los poderes gubernamentales”. Todo con empresas estadounidenses, nada con China, por ejemplo, ya que se consideraría una “influencia extranjera maligna”.