¿A qué juegan Lasso y el gobierno?

El anuncio —por tercera vez— de una consulta popular no es la salida más adecuada para un gobierno que sigue al garete, sin iniciativa política ni apoyo ciudadano, lidiando con una Asamblea opositora que mantiene un plan preestablecido (tomarse la Asamblea, el Consejo de Participación, los organismos de control y lograr que Correa y su gavilla salgan libres de toda culpa) y con niveles de violencia y delincuencia nunca antes vistos.

La consulta es un globo de ensayo para retomar la iniciativa frente a un Legislativo que mostró sus intenciones. Los llamados al diálogo son infructuosos. Hay candidatos al Consejo de Participación calificados pese a sus dudosos antecedentes (el abogado de Glas). Reaparece el juez “Bad Banny” Molina e insiste en liberar al exvicepresidente.

Es inadmisible que dos candidatas de la terna para el Consejo de la Judicatura se autoproclamen como correístas confesas. Demasiada sinvergüencería entre los actores políticos, cada vez más preocupados de las elecciones. Algunos serán candidatos a alcaldes, prefectos o concejales y se erigirán como adalides de una ética y moral que no practican.

Según una investigación de Código Vidrio “desde 2019, nueve jueces fueron encausados por beneficiar a sentenciados por narcotráfico y delitos graves. Cinco fueron destituidos por rebajar penas; inclusive, un exjuez estuvo preso. Cuatro más fueron procesados por extorsionar a reos en cárceles de Manabí; solo uno fue condenado”.

Mientras esto pasa con la Justicia, la Asamblea está más preocupada por hacer juicios políticos a algunos ministros como el de Defensa y el del Interior. Patricio Carrillo fue acusado hasta de ‘fascista’, cuando las evidencias de la protestas de junio de 2022 mostraron la pasividad y hasta permisividad de los policías ante la violencia indígena.

Lasso sigue en su burbuja, creada por sus asesores ‘ad honorem’ (a algunos, como Aparicio Caicedo, ya les debió haber dicho “hasta luego”). El presidente sigue pensando en la economía, en la reactivación y en temas poco urgentes mientras cada día hay más muertes, explosiones, sicariatos y un crimen organizado fortalecido.

¿A qué juegan el Presidente y el Gobierno? La consulta es otro paño tibio a un paciente con fiebre. Hace un año perdió la oportunidad de la muerte cruzada. Como dice el jurista Esteban Ron, se trata de “una maniobra arriesgada” que puede desgastar aún más la imagen del régimen. En año electoral sería un golpe letal para un gobierno que no supo leer los hechos y hoy sufre las consecuencias.