2022: lo que está bajo nuestro control y lo que no

Solemos vivir bajo una falsa sensación de control. Pensamos frecuentemente que nuestra vida y nuestros destinos se rigen principal y completamente por nuestras decisiones. Hoy es un poco más claro que no es así. Estos dos últimos años nos han dado una gran lección del poco control que tenemos sobre nuestras circunstancias.

Los filósofos estoicos ya lo habían interiorizado. Hay tanto que se encuentra fuera de nuestro control que nuestros esfuerzos deberían enfocarse en lo poco que sí lo está: “…nuestras opiniones, nuestras aspiraciones, nuestros deseos y aquello a que tenemos aversión. En definitiva todo aquello que depende de nuestros actos”, como decía Epicteto.

Por esta razón, los estoicos hacían un llamado a centrar nuestra atención en el presente, al ser el único espacio de tiempo sobre el cual podemos actuar; y solían ser fatalistas, tanto del pasado como del futuro, al no tener ningún poder para cambiar el primero y ni controlar  lo que deparará para nosotros el segundo. Lo único que controlamos es lo que podemos hacer hoy.

Es una idea poderosa, que nos llama a ser atentos y hasta críticos de nuestras acciones, de nuestros pensamientos y de nuestra vida en este mismo instante. De dejar por un momento el piloto automático en el que muchas veces estamos para encontrar el sentido en lo que hacemos y en lo que buscamos.

Las condiciones no siempre jugarán a nuestro favor y el 2022 seguramente seguirá siendo un año de recuperación para muchos de nosotros. Pero empezar el año con el compromiso propio de sumar dirección y sentido a cada una de nuestras acciones podría ser un primer paso, no sólo hacia un mejor año, sino hacia un mejor nosotros.

Que el 2022 sea un año de crecimiento y felicidad para todos.