Catzos son un platillo exótico que llega con el invierno

Platillo. En Imbabura siempre los venden acompañados de tostado.

Estos pequeños insectos se consumen en la sierra, principalmente en el norte, pero solo puede ser una vez al año.

Redacción IMBABURA

El primer paso es madrugar a los potreros. Ahí se captura a los catzos vivos, cuando apenas están saliendo de la tierra, donde permanecen todo el año, hasta que comienza la temporada invernal, entre octubre y noviembre.

Byron Amaguaña, quien se dedica a esta actividad, menciona que la captura de los catzos es sencilla, pero toma tiempo. “Desde las 04:00 o 05:00 la gente ya comienza a caminar a los potreros, especialmente en las zonas rurales. Ahí, con fundas y baldes les atrapamos antes de que comiencen a volar, cuando están saliendo de la tierra”.

Según explica, existen muchas variedades de catzos, pero solo se puede comer los blancos, agregando que contienen gran cantidad de proteínas y son una buena fuente de alimento. “Es un platillo ancestral. En mi familia se consume desde hace mucho tiempo, porque cada año salimos a capturarlos”.

Captura. Tras madrugar a los potreros, los recogen en baldes y fundas.
Captura. Tras madrugar a los potreros, los recogen en baldes y fundas.

Los precios

Tras la captura de estos escarabajos, hay quienes los venden así, vivos, en baldes o por porciones; pero también existen personas que los ofrecen ya preparados, acompañados de tostado y un poco de ají.

Los precios varían, según la oferta y demanda del producto, pues en épocas donde las lluvias son escasas los costos pueden duplicarse. Sin embargo, quienes los ofrecen sin preparar, apenas ‘cosechados’, lo hacen en $5 dólares la libra, aproximadamente, aunque hay presentaciones de mayor tamaño, donde disminuye el valor un poco.

Por otra parte, quienes se dedican a prepararlos y ponerlos inmediatamente a disposición de los comensales ofrecen fundas desde $0,50 centavos, siempre con el acompañamiento del maíz tostado.

A estos vendedores es común verlos en puestos ambulantes cerca de los mercados de Imbabura, pero existe una mayor demanda y tradición de consumo en ciudades como Otavalo y Cotacachi.

Elaboración. Los catzos son blancos al capturarlos, pero con la fritura dan un color más oscuro, listos para comer.
Elaboración. Los catzos son blancos al capturarlos, pero con la fritura dan un color más oscuro, listos para comer.

Se prepara como si fuese fritada

Quienes han degustado este platillo aseguran que el sabor es similar a la fritada, que se prepara con carne de cerdo.

Patricia Argoti, quien se dedica a preparar y vender catzos en Otavalo, en su momento afirmó que la elaboración se hace con mucha paciencia, pues el primer paso es retirar una por una las alas, las patas y la cabeza de cada catzo.

Como segundo paso se ponen los animales en agua con sal, donde se los deja reposar un par de días, de preferencia en el refrigerador. Este proceso, explican, es para eliminar cualquier impureza o parásito que puedan tener, pues salen del suelo.

Una vez terminado el tiempo de reposo se los lava y comienzan a darles sazón. A los catzos se los coloca en una paila, con aceite, cebolla, ajo y pimiento, para freírlos de 15 a 20 minutos, hasta que queden bien tostados y listos para servirse.

Fue un alimento sagrado

Según una publicación informativa sobre la gastronomía ecuatoriana, elaborado por el Ministerio de Turismo, con el apoyo de la academia, el catzo blanco fue un alimento sagrado en tiempos precolombinos, exponiendo que incluso sus alas se usaban como adornos o aretes de las mujeres.

“La vida del catzo se inicia a 30 o 40 centímetros bajo tierra. En sus inicios es un huevo. En ese óvalo aparece la larva y ésta pasa a gusano y el cuzo se metamorfosea en catzo o escarabajo, que brota a las 05:20 de la madrugada, a fines de octubre, vísperas del 2 de noviembre, donde solo vuela durante 15 minutos. A esa hora hay que cosecharlo”, exponen.

Los catzos son pequeños escarabajos que tienen dos alas externas, dos alas de seda internas y seis patas.