Petita Palma, emblema de la cultura musical ancestral

REFERENTE. Petita Palma es una de las difusoras de la cultura afroesmeraldeña más importantes de la provincia de Esmeraldas.
REFERENTE. Petita Palma es una de las difusoras de la cultura afroesmeraldeña más importantes de la provincia de Esmeraldas.

La propulsora de la marimba es una de las gestoras culturales más importantes de la provincia de Esmeraldas.

Petita Palma o también conocida como “La Negra Marimbera”, es todo un ícono de la cultura afroecuatoriana. En 1927 nació en Carondelet, un lugar perteneciente al cantón San Lorenzo, ubicado al norte de la provincia de Esmeraldas, en donde fue acunada por la marimba, escuchando el bombo, el cununo y el guasá, orgullosa de su ascendencia campesina.

La gestora cultural, de 94 años, creció junto a las historias de sus abuelos y sus padres Tomasa Piñeiros y Juan Palma dentro de un entorno humilde y modesto. Su abuelo Ascencio Palma de raíces colombianas, se dedicaba a la fabricación de marimbas y a la composición de música propia, siendo para ella una fuente de inspiración, pues al crecer junto a él aprendió y conoció acerca de su cultura y raíces.

Difusora cultural

A lo largo de su vida, siguió con el legado y decidió cantar arrullos, convirtiéndose en la “Negra marimbera”, como le decían al principio. Nunca se sintió avergonzada de pertenecer a la raza negra y con el tiempo desarrolló habilidades para tocar instrumentos musicales artesanales como la marimba, el bombo, el cununo y el guasá.

Con las palmas de las manos, palos, piedras y tarareando, Petita Palma empezó a entonar sus melodías junto con tres guitarristas. La primera que entonó fue ‘El Bambuco’, una danza y un género musical tradicional, luego ‘El Andarele’, que en la actualidad se ha convertido casi como un himno afro para los esmeraldeños.

El amor a los ancestros, a la tierra y al arte, la convirtieron en una especialista, investigadora del más alto nivel. Sus títulos no fueron dados por escuelas formales. La vida le regaló el privilegio de ser una iluminada que aprendió desde los sentidos y significados.

Ella se autodefine como “folklorista e investigadora”, “marimbera y artista”. Ha realizado una labor tan valiosa e impresionante en el campo de la cultura ecuatoriana, que en los temas afro puede hablarse de Petita Palma como un referente de la cultura.

Folklor

La gran inteligencia y simpatía de esta mujer bajita y delgada de ojos vivaces, creó en 1969 su primera escuela de danza, canto y marimba junto con 15 músicos ancianos, quienes empezaron a transmitirle sus conocimientos, su legado espiritual.

Fue para 1972 que fundó el grupo Tierra Caliente, con el que se presentó en Ecuador y en el extranjero, por donde llevó el arte y la creatividad.

El impacto de temas hoy famosos, como el Andarele, al igual que el potente significado de los arrullos para los santos; chigualos cantos fúnebres; alabaos para los muertos, y otros, rebasaron las fronteras ecuatorianas.

“El folklor no consiste solamente en cantar y bailar, sino en el conocimiento, en la vivencia”, expresa la embajadora de la cultura afroesmeraldeña, quien también recibió el Premio Eugenio Espejo, el más alto reconocimiento que da el Estado ecuatoriano a la labor cultural, en el año 2007.

Para entonces, ella contaba con 80 años de una vida dedicada a la revitalización de las costumbres, tradiciones, memoria e historia de la cultura afroecuatoriana.

Petita tuvo siete hijos, de los cuales su música sigue vigente en Alberto Castillo, quien desde los 14 años y a lo largo del tiempo se ha convertido en uno de los maestros de marimba más destacados de Esmeraldas por su amor al instrumento. (MFC)

Petita es un ícono de la cultura afroesmeraldeña junto a José Ayoví (Papá Roncón), Rosita Wila, Santiago Mosquera, Escolástico Ortiz y otros.