Las remesas de migrantes fueron tres veces más que la Inversión Extranjera Directa

Ecuador fue el séptimo país de América Latina que recibió más dinero de sus ciudadanos en el exterior. Esos recursos fueron directamente a la clase media golpeada por la pandemia.

En medio de la pandemia -y con un Estado sin recursos suficientes para inyectar dinero en la economía- las remesas de los migrantes se convirtieron en el soporte de familias de clase media golpeadas por la crisis.

En 2020, Ecuador fue el séptimo país de América Latina que más dinero recibió de sus ciudadanos en el exterior. En total, llegaron $3.347 millones; de los cuales, más del 60% fueron procedentes de Estados Unidos.

Ese monto triplica los $1.016,9 millones que se pudo atraer por Inversión Extranjera Directa (IED). Además, representa el doble del gasto en bonos y ayudas directas desde el Gobierno.

Así, el dinero de los migrantes constituyó un paquete de estímulo de más del 3% del Producto Interno Bruto (PIB), que amortiguó la caída de ingresos en alrededor del 30% de familias de nivel medio y un 20% de nivel bajo.

“La resiliencia de los flujos de remesas es notable. Las remesas están ayudando a satisfacer la creciente necesidad de las familias de contar con medios de subsistencia”, dijo Dilip Ratha, principal autor del informe sobre migración y remesas y director de la Alianza Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (Knomad).

En promedio, cada día del año pasado se recibieron alrededor de $9,2 millones no solo de Estados Unidos, sino también de España, Italia y otros. En comparación con 2019, el crecimiento fue del 3%.

Sin embargo, según estimaciones del Banco Mundial (BM), la cifra puede ser mayor porque hay un porcentaje de envíos informales que no se registran. Esos envíos podrían sumar unos $300 millones más.

Mayor crecimiento para 2021

En 2021, atado a los paquetes de estímulo económico en Estados Unidos, se prevé que las remesas que lleguen a Ecuador aumenten en torno al 6%; es decir, un aproximado de $3.600 millones.

Si se suma la informalidad, la inyección de liquidez llegaría a los $4.000 millones. Ese monto es equivalente a cuatro meses de gasto corriente en sueldos y salarios.

Rosario Moreira, de 45 años, comentó que el dinero que envió su esposo desde Canadá sirvió para cubrir la pérdida de más del 35% de los ingresos familiares. “Me bajaron el sueldo y las horas de trabajo. Eso fue un golpe duro, pero se pudo salir con el dinero que mandó el Alberto. Tenemos todavía dos hijos en edad escolar”, dijo.

El 45% de los recursos recibidos se destinaron a gastos de alimentación, educación y arriendo. Un 20% en compra de aparatos tecnológicos (celulares y computadoras), un 15% en gastos adicionales de salud; y 10% en emprendimientos y 10% en otros. (JS)

Más del 5% cuesta el envío de remesas

El costo promedio de enviar remesas para enviar remesas a algún país de América Latina es del 5,6% del valor total. Los destinos más caros son Cuba (9%) y la ruta de Japón a Brasil (11,5%).

A nivel mundial, la tarifa sube al 6,5% por la transferencia de $200. Ese nivel casi duplica con la meta del 3% que se establece en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

El Banco Mundial aconseja que los países trabajen en la reducción de costos, un mejor registro de las remesas, tanto formales como informales y en construir programas para que un mayor porcentaje de los recursos vaya a inversión productiva o emprendimiento.