El Niño Dios: Una figura de devoción y fe familiar

La fe de los católicos gira entorno a un ser dulce y bondadoso.
CREENCIA. La fe de los católicos gira entorno a un ser dulce y bondadoso.

La presencia del Niño Dios en estás épocas es trascendental en los hogares, porque es el protagonista en la Navidad, pues los creyentes católicos celebran su nacimiento.

Venerar a un Jesús recién nacido les significa a las familias, un espacio de esperanza para la salvación, ternura y otras emociones como la compasión y la gratitud que se da al menos una vez al año, así lo explica el sociólogo Jorge Castro.

 

La fe y los milagros

Para la familia Toasa, el Niño Dios es el ser que les ha concedido milagros desde su niñez.

Ellos creen convincentemente que esta figura divina les ha dado la sanación y la bendición de tener salud, dinero y amor durante los 365 días del año.

Pilar, es la mayor de tres hermanos, y asegura que cada año hay que pagar una deuda al ‘Niñito’, como ella lo llama y por eso es que cada diciembre destina un presupuesto, celebra una misa y una oración en familia como muestra de agradecimiento.

Pilar asegura que esta creencia heredada de sus padres le ha dado la pauta para ser agradecida por todos los favores recibidos con la venia del Niño Jesús.

Un caso parecido es el de Antonio, de 52 años, él dice que ha sentido ahora más que nunca la compasión del Niño Dios, pues en plena emergencia sanitaria tener a sus seres queridos con vida es solo un favor del Niño Jesús.

Por eso asegura que no tiene reparos en trabajar y asignar un poco de sus ahorros para hacerle una fiesta al ser que lo bendice todos los días, pues está convencido que todo se le multiplicará.

 

EL DATO
En el mercado Artesanal de Ambato se puede encontrar 
diferentes tipos de vestimenta para el Niño Dios

 

El significado de la figura divina

Gabriel Chávez, egresado de antropología, asegura que la presencia de tener al Niño Dios en casa va más allá de la enseñanza religiosa que es la base, pues es parte de la cultura heredada por generaciones movidas por sus propias experiencias a lo largo de los años.

Además, no se queda en la sola veneración, sino que su fe y su fervor humanizan a esta imagen hasta tratarla como un integrante más del núcleo familiar.

Chávez habla de cómo se refleja esto en la ilusión con la que sus devotos manejan la imagen del Niño Dios, con aspectos como su vestimenta, asignarle un lugar sagrado, etc.

Por ejemplo, al hablar de la vestimenta de la imagen divina existen cientos de modelos basados en diseños de la época de los reyes y que, aunque se comercializan todo el año, es en esta época donde más deben lucirse quienes se dedican a crearlos.

Esto por que según los creyentes, el Niño Dios es exigente y no cualquier terno o zapato le podría quedar, por lo que pueden pasarse horas buscando una túnica ideal para el 24 de diciembre, afirmó Mercedes Chiza, quien confecciona las túnicas por más de 25 años.

 

Cuidados

Para el psicólogo Alex Guerra, manejar la figura del Niño Dios en la formación de un niño depende de los conceptos e ideologías que tenga una familia, por eso es mejor tener cuidado al momento de mostrarle quien este ser divino y cómo trascenderá en su vida.

Guerra asegura que muchos padres pueden mostrar un Niño Dios, nacido en la carencia y la lástima, normalizando que ser pobre es bueno, porque solo así será merecedor del cariño de este ser supremo.

En otros casos, los padres pueden promover un Niño Jesús de recompensas, pues al decir que si se porta mal, él no le traerá nada y lo castigará, crea en el menor un concepto de interés.

Y el último y no menos equivocado es el de un Niño Dios castigador, pues si no hace caso o va muchas veces contra lo que estipulan sus padres o la sociedad, este vendrá y lo castigará, lo que creará temor constante en el niño hasta convertirlo en un adulto enojado con ese ser supremo por cada cosa mala que le suceda.

El especialista recomienda fomentar a través de esta figura el amor al prójimo, la tolerancia y el buen vivir para que pueda volverse un referente de su formación cualquiera que sea esta.

Esto significa que la veneración del Niño Dios conlleva aspectos sociales, culturales, antropológicos y religiosos, que son celebrados cada diciembre como el inicio de algo nuevo. (CNS)