Usó su patrimonio para rescatar perros de la calle

Todos los animales están debidamente esterilizados listos para su adopción.
Situación. Todos los animales están debidamente esterilizados listos para su adopción.

En un sector alejado de la urbe, cerca de un botadero de basura, en la localidad de Santa Rosa, vía al Manantial en Cevallos se encuentra un lugar especial para los perritos callejeros.

Se trata del Refugio Animal Kodah, el albergue que mantiene a más de 120 perros, todos esterilizados y listos para su adopción, pero a donde nadie acude.

Allí, Gioconda Gómez, propietaria del refugio, dedica todo su esfuerzo para brindarles una vida digna a estos animales, esto a pesar de que es una labor sacrificada, sin ningún tipo de remuneración e incluso muchas veces ingrata.

 

Una locura de amor a los animales

Gioconda es una mujer de aproximadamente 40 años, oriunda de Cevallos quien migró al extranjero en busca de mejores oportunidades. Allí trabajo por varios años y decidió su regreso al país con una idea clara de lo que quería hacer de su vida.

Decidió poner todo su capital y patrimonio al servicio de los animales, sobre todo de los desprotegidos y abandonados, los perros de la calle.

 

Quienes quieran apoyar con donaciones o recursos pueden 
comunicarse al 09 60 48 57 49.

 

“Mi familia me decía que estaba realmente loca, hubo discusiones e incluso enojos”, aseguró.

Todos los perros que permanecen en el refugio ya conocen a Gioconda, la saludan, la obedecen y le muestran su cariño.

Muchos de ellos fueron rescatados en muy malas condiciones de salud, pero gracias al trabajo de rescate y de veterinarios se lograron recuperar.

Un trabajo altruista pero que deja deudas

Todo marchaba relativamente bien hasta antes de la pandemia, relató Gioconda, sin embargo, los recursos empezaron a escasear, más aún cuando su propio padre se enfermó y tuvo que gastar todos sus ahorros y capital para su recuperación.

Desde allí la situación se ha ido complicando.

 

El refugio necesita de personas voluntarias que ayuden con 
las labores y el cuidado de los animales, quienes quieran 
acudir pueden trasladarse al centro de Cevallos, tomar una 
camioneta de alquiler y trasladarse al refugio.

“Tuve que vender mi carro para continuar con el rescate y cuidado de los animales”, comentó.

Para ella el mejor aliciente de vida es la mirada de agradecimiento de los perritos que viven en el refugio.

“Muchos dirán que porqué no lo dejo si no hay dinero, pues porque ellos también son una población vulnerable que lamentablemente nadie quiere ocuparse, merecen una vida digna”, aseguró.

Pedido

La rescatista manifestó que mantiene deudas con veterinarios y proveedores de insumos, la más fuerte es con un veterinario de Quito a quien debe cerca de mil dólares.

“Nosotros sobrevivimos de autogestión, hice un curso de peluquería canina, salimos a ferias a tratar de vender artículos, es decir, improvisamos actividades para tener recursos”, comentó.

Gómez aseguró que, aunque sabe que es difícil, lo único que quisiera es más responsabilidad del Estado y de las instituciones competentes el controlar la fauna urbana, que se generen políticas públicas que permitan tener presupuesto y atención a las mascotas.

Pidió, además, que se endurezcan las sanciones para aquellas personas que abandonan a los animales e incluso para aquellas que no son responsables y no esterilizan a sus mascotas provocado una reproducción irresponsable. (FCT)