Estrés, qué daños causa en el cerebro

Atención. Durante la pandemia los niveles de estrés en las personas se han incrementado.

El estrés es un componente normal de la vida. La respuesta de estrés ha sido seleccionada evolutivamente para hacer frente a amenazas ambientales que ponen en peligro la supervivencia.

Es decir, es un estado de tensión aguda que se produce cuando tenemos que reaccionar ante una situación que se percibe como amenaza.

La vida actual cuenta con altas demandas laborales y familiares y con un ritmo de vida acelerado, lo que supone un desafío constante. Este estilo de vida frenético favorece la aparición de estrés.

A eso hay que añadirle que el momento que se vive actualmente, como consecuencia de la pandemia por el Covid-19, ha aumentado el estrés social. Una situación excepcional que genera incertidumbres sobre el futuro, la salud, la situación económica.

Estas circunstancias pueden generar respuestas negativas de estrés. Y si bien el ser humano dispone de mecanismos para hacerle frente, el impacto del estrés dependerá de la percepción individual. Ante una misma situación de estrés cada persona puede reaccionar de maneras muy diferentes en función de múltiples factores (personalidad, apoyos sociales, experiencias previas).

Cómo sea esta percepción determina cuál será la respuesta neurobiológica al estrés. Si se somete a un estrés muy intenso o repetido, o si sencillamente se percibe como impredecible e incontrolable, puede tener consecuencias importantes para la salud, especialmente para el cerebro.

 

EL DATO
Según los expertos la depresión será en los próximos años 
otra de las pandemias con las que tendremos que convivir.

 

¿Qué daños causa?

Cuando el estrés hace sentir que la situación escapa de control, se produce un aumento de una de las hormonas del estrés, el cortisol. Como en todo en la vida, hormonalmente se necesita un equilibrio.

El cortisol es necesario para regular numerosas funciones. Pero cuando se rompe ese equilibrio, puede alterar numerosos genes que afectan al sistema inmune y a procesos tan importantes como a la neuroplasticidad.

La neuroplasticidad podría definirse como la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse a nuevas experiencias.

Esta le permite al ser humano adaptarse y aprender de las nuevas situaciones, además de hacer frente a circunstancias adversas. Lo malo es que el estrés actúa reduciendo la neuroplasticidad y, por tanto, afecta el cómo se enfrentan los problemas.

Además, cuando el estrés sobrepasa los límites, el organismo reacciona de la misma manera que si se tratara de un proceso infeccioso, es decir, movilizando a las células que combaten una infección, aunque no exista.

 

Efectos del estrés en el cerebro

  1. Causa alteraciones en las neuronas.
  2. Hace cambiar la estructura cerebral.
  3. Reduce el volumen cerebral.
  4. Afecta a la memoria.
  5. Hace aumentar el riesgo de padecer trastornos mentales.

 

Esto recibe el nombre de inflamación. El estrés es capaz de provocar reacciones en el organismo similares a las producidas por una infección.

Además, la exposición al estrés también modifica el comienzo y el curso de muchas enfermedades neurodegenerativas, entre ellas la enfermedad de alzheimer, que entre otras cosas se relaciona con alteraciones inflamatorias y de la plasticidad nerviosa.

Los expertos aseguran que el ejercicio físico, una alimentación equilibrada, los apoyos sociales y la meditación son algunos ejemplos de estrategias que reducen sus efectos. (Fuente BBC News)

 

Sufrimiento cerebral por el estrés

Aunque el estrés puede producir problemas cardíacos, digestivos, inmunológicos y otras reacciones en el cuerpo, sin duda el cerebro suele ser el peor parado.

Los cambios en el cerebro pueden ser responsables de la aparición de numerosos trastornos neuropsiquiátricos, como el trastorno de estrés postraumático, la ansiedad y, sobre todo, la depresión.

Se cree que la depresión será la enfermedad más diagnosticada en las próximas décadas. Posiblemente una de cada seis personas sufrirá al menos un episodio de depresión a lo largo de su vida.

Por una carga fuerte de estrés una persona podría llegar a caer en un estado que se conoce con el término de desesperanza.