Para frenar los estados de ansiedad y cansancio por el estrés diario nada mejor que un jugo de taxo, fruta andina que posee un efecto sedante o tranquilizante debido a su contenido de pasiflora.
Esta fruta rica en vitamina C no solo funciona como calmante. Sus usos medicinales permiten aliviar otras dolencias a través de la utilización de sus hojas.
De igual manera esta planta calma y regula los ciclos menstruales al mezclarla con culantrillo. Además, indica que sirve para afecciones del corazón y molestias durante el posparto.
Pueblos indígenas de Chimborazo beben la infusión de la planta para evitar abortos espontáneos. Las hojas de la planta se usan también para combatir golpes e hinchazones en la piel. En cambio, los habitantes de Imbabura emplean la flor machacada en infusión para blanquear la cara y curar el espanto.
En Ecuador, el taxo se cultiva en la serranía, especialmente en Imbabura, Pichincha, Tungurahua, Chimborazo, Azuay, Cañar y Loja. En Pichincha su cultivo se encuentra asociado con los árboles de capulí, y en Tungurahua, con los de tomate árbol.
Para su producción se seleccionan los mejores frutos, de estos se extraen las semillas y se las deja secar bajo sombra. Se planta en semilleros y luego se trasplanta al sitio definitivo. El cultivo se efectúa sobre un sistema de soporte dado que es un arbusto trepador.
La producción de taxo empieza a partir del octavo o noveno mes del trasplante y carga frutos cada cuatro meses. Esta planta puede producir frutos entre 8 y 10 años consecutivos, por lo que es necesario darle el mantenimiento adecuado mediante podas para favorecer su producción. (RMC)