Octavas de Mocha: color, alegría y cultura

Tradición. Varios son los personajes que son parte de estas festividades. (Foto: Municipio de Mocha)

Son cerca de las 10 de la mañana, vecinos, amigos y colaboradores llegan hasta el centro de Mocha a dejar sus ‘jochas’, son dadivas o colaboraciones que las personas hacen para la preparación de los alimentos en las fiestas populares

Mellocos, papas, maní, habas y más granos son los que la ciudadanía aporta para compartir, así inicia la jornada de celebración de las Octavas de Mocha, una fiesta ancestral.

Hombres, mujeres y niños llegan a ayudar a la preparación del ‘cariucho’ un platillo de la gastronomía ancestral que se comparte en esta fiesta y que se la prepara en las gigantes pailas de bronce.

Mientras preparan el ‘cariucho’, los protagonistas de la fiesta alistan el recorrido de las delegaciones y la tradicional toma de la plaza.

Colorido

El bullicio y la alegría se enciende al ritmo de la banda de pueblo, el bombo y el pingullo, pues si hay algo que caracteriza a esta fiesta es la irreverencia, ya que no existe ningún estándar o regla que se deba cumplir.

La gente baila con la banda de pueblo, con el pingullero o simplemente cantando. La vestimenta tampoco tiene un lineamiento, los participantes sólo eligen a quien van a representar o de quién se disfrazarán.

«Esta fiesta se trata de una especie de sátira a la cotidianidad, a los problemas, a las autoridades, a las situaciones que se han generado a lo largo de la historia de la localidad», así lo reconoce Hilary Jarrín, ella representó este año a la capitana, el principal personaje de la fiesta y quién debe organizar cada detalle.

Ataviados con un sin número de disfraces, vestidos, máscaras y más atuendos los participantes de las Octavas se concentran en el sector para recorrer las calles hasta llegar frente a la iglesia de Mocha, donde se desarrolla la toma de la plaza.

Allí los participantes bailan, danzan, hablan, exponen el porqué de su vestimenta. Hay vacas locas, electricistas, guarichas, diablos, cucos, locos peluqueros y más personajes acompañan a la capitana quien brinda el tradicional ‘quita vergüenza’.

Una celebración llena de historia

Luis Noé Mayorga, médico y escritor, manifestó que esta festividad es una muestra de las tradiciones que todos los pueblos guardan, pero que lamentablemente dejan morir.

“Es imprescindible que la ciudadanía no se olvide de sus tradiciones, sus costumbres de dónde son. Sólo ese conocimiento permite la libertad”, dijo. (FCT)