Neurociencia y educación pospandemia

APRENDIZAJE. El cerebro es un mundo por explorar.

La tecnología no es suficiente para educar a niños, niñas y adolescentes en un mundo pospandemia. La neurociencia es otro pilar fundamental para una nueva propuesta educativa.

La neurociencia es la disciplina que estudia los procesos que nos permiten incorporar saberes, desarrollar habilidades, resolver problemas y pensar creativamente.

Esta ciencia puede ayudar en el trabajo del docente con herramientas valiosas para su desempeño. Orientar cómo queremos que sea el aprendizaje después de la pandemia. 

Los educadores hoy tienen esta ayuda extraordinaria y debe ser parte del currículo para entender qué está pasando en el cerebro de los estudiantes y cómo ayudarlo, desde educación inicial.

Según la neurociencia aprender es modificar el cerebro. Las últimas investigaciones confirman que el cerebro tiene una propiedad deslumbrante. Se modifica con las experiencias personales. El aprendizaje ocurre en ciertas condiciones: algunas circunstancias pueden facilitarlo y otras, hacerlo más difícil. Resalta la necesidad de crear climas emocionales que conduzcan al aprendizaje, bienestar y seguridad en la escuela.

La crisis sanitaria han llevado a los sistemas educativos a cambiar apresuradamente. El impacto social y psicológico emocional en maestros, estudiantes y familia fue  notoriamente nocivo.

La neurociencia se concentra en el aprendizaje y la enseñanza. ¿Qué pasa cuando aprendemos, tanto en la escuela como a lo largo de toda la vida?

Los aportes principales que esta ciencia sostiene son valiosos:

1- La genética y el entorno interactúan en el cerebro para moldear al individuo

Todos traemos una carga genética que reúne nuestras potencialidades, pero ello no nos limita para alcanzar mejores niveles de desarrollo de nuestro funcionamiento neurocognitivo.

El cerebro humano está programado para aprender, y lo hace desde el nacimiento hasta el último día de vida. Ese aprendizaje se da en la interacción permanente con los otros. Por eso, entornos de aprendizajes favorables y enriquecidos, nos ofrecerán más y mejores posibilidades de alcanzar niveles más altos de funcionamiento.

No importa la genética con la que comencemos, si el contexto es adecuado podemos mejorar. Esto es crucial  para diseñar el currículo basados en la mejora de los aprendizajes individuales previos.

2- La experiencia transforma el cerebro

Nuestro cerebro recibe y procesa constantemente la información del entorno y de nuestro mundo interno y esto nos transforma muchas veces con cambios en la estructura cerebral.

Esta es la esencia de la neuroplasticidad cerebral, definida como la capacidad del cerebro para generar nuevas conexiones y hacerlas estables a través del tiempo a partir del aprendizaje, la experiencia y la estimulación sensorial, cognitiva y emocional.

  1. Los procesos cognitivos y emocionales trabajan en asociación

La ciencia nos demuestra que las emociones son parte de la solución. Las emociones pueden dificultar o facilitar el aprendizaje de forma abrumadora.

Cuando existen emociones negativas, como el miedo en los niños, se dificulta procesamiento neurocognitivo.

Nadie puede aprender con miedo. Hay estudios con neuroimágenes, donde se buscó evaluar el impacto de las emociones en el cerebro. Es necesario generar climas escolares que fomenten el respeto y las emociones positivas, con el fin de facilitar procesos de aprendizaje.

 

  1. Los vínculos y el apego son las bases para el cambio

Hombres y mujeres somos seres sociales, crecemos en sociedades, por lo que la interacción con los demás es un elemento esencial del aprendizaje y de la supervivencia.

El apego, es el vínculo afectivo que se crea desde el inicio de la vida entre el hijo y su madre y/o padre. Es la relación afectiva más importante que creamos las personas y permite que el bebé se sienta seguro y protegido. Es importante siempre, pero en los primeros años de vida es crucial. Vínculos saludables nos facilitan el aprendizaje.

Por ello el aprendizaje cooperativo es una estrategia fundamental. Cuando cooperamos con el otro, se estimula la conexión entre los miembros del grupo, se potencian las competencias individuales, se construye una responsabilidad individual y grupal.

Es preciso pensar en un sistema educativo basado en las neurociencias cognitivas, de por sí, un sistema inclusivo.