Montalvo, tierra privilegiada

Desde sus inicios esta tierra ha dado varios productos.
Productos. Desde sus inicios esta tierra ha dado varios productos.

Gracias al trabajo de su gente la parroquia ha crecido y hoy ofrece alternativas con productos orgánicos y gastronomía.

La actual parroquia Montalvo fue conocida como Alobamba, en la enciclopedia de Tungurahua de Gerardo Nicola López, se dice que esto significaba toda llanura.

Este territorio perteneció a Tisaleo, luego con la creación de la parroquia Cevallos pasó a ser parte de esta, pero disconformes con esta situación comenzaron a gestionar su declaración como parroquia.

En su solicitud al Concejo Cantonal de la época se puede leer su molestia y desacuerdo con las diferentes divisiones que se aplicaron a la parroquia al pertenecer a Tisaleo y Cevallos, además de agradecer las creaciones de escuelas, piden llamarse Montalvo en honor al ilustre ambateño.

Ahora cuentan con una feria permanente del productor al consumidor que se desarrolla los sábados y domingos desde las 07:00 hasta las 17:00.

Los habitantes de la parroquia Cevallos en ese tiempo conocieron la intención de Alobamba y acudieron al Concejo con la petición de que no se tome en cuenta la solicitud, pues se alegaba que no existían las condiciones necesarias para este fin.

Pero el 20 de agosto de 1900 el Concejo Cantonal de Ambato decidió la creación de esta nueva parroquia y los caseríos que la conformarían.

A mediados del siglo XX la parroquia tenía una gran producción de manzanas y claudias, incluso estas frutas se enviaban a otros países. “Todas las tierras siempre fueron cultivadas con inmensas manzanas como la Emilia que era muy apetecida en todo el Ecuador, y hasta Perú y Colombia”, aseguró Vinicio Guevara, morador de Montalvo.

Los vecinos de Montalvo

En sus inicios la parroquia era considerada la tierra de las frutas, sembríos que aún los mantienen, pero que con el tiempo se han diversificado y ahora se plantan tunas, mora, fresas y hortalizas.

En los últimos años la parroquia ha crecido, varias personas toman Montalvo como un espacio para vivir y escapar del bullicio de la ciudad.  

Jorge Villacrés Carranza tiene 34 años y es el presidente de la Junta Parroquial, para él es un reto cambiar la imagen de ser un espacio de paso a un destino.

Montalvo era conocida por tener una gran producción de manzanas y claudias.

“Aquí somos una parroquia de personas valientes y decididas a sacar adelante a Montalvo, que es una tierra bendecida donde tenemos una gran comunidad”, aseguró Villacrés.

Dolores Bayas es otra de las moradoras que lucha por la parroquia, ella es la representante legal de la compañía de transporte mixto Luchadores de Montalvo, la primera cooperativa de transporte que fue creada para movilizarse entre los caseríos.

“Yo me acuerdo de las corridas de toros donde armaban una plaza en el centro de la parroquia, con una gran devoción a San Miguel Arcángel, también estaban los grupitos de los carnavaleros que son tradicionales hasta el día de hoy, aquí hay padres e hijos y con sus instrumentos van con las coplas y canciones”, contó Bayas.

La feria 

En el 2019 ante el paro de octubre, los vecinos decidieron salir con los productos que tenían para venderlos e intercambiar, desde esa época lo han hecho todos los sábados, instaurando una feria que tiene entre sus principales características, los productos orgánicos vendidos directamente al consumidor.

Legumbres, gallinas criollas, frutas y una sección de gastronomía típica es parte de esta feria que es hecha por los vecinos de Montalvo.

Vinicio Guevara es el presidente de la Asociación 11 de Octubre, encargada de la feria, y ha vivido en la parroquia toda su vida, sus abuelos fueron de los primeros pobladores y autoridades.

“Siempre tuvimos la ilusión de que Montalvo tenga la feria, se buscó organizar una y dentro del contexto del paro y de la necesidad de la población iniciamos con esta, en la actualidad somos 35 personas asociadas que estamos todos los sábados y domingos desde las 07:00 hasta las 17:00”, aseguró Guevara.

Katalina Real tiene 55 años, ella vive en la parroquia desde hace 12 años y se dedica a la agricultura orgánica en su propiedad, tiene varias certificaciones que aseguran que sus cosechas están libres de fungicidas.

“Soy curiosa y voy buscando cosas que cambien nuestra alimentación, voy sembrando y cosechando cosas nuevas”, contó Real.

Ella afirmó que el emplear nuevas prácticas para la siembra y dejar a un lado el monocultivo le ha ayudado a aprovechar el terreno y sembrar de manera responsable. 

“Es necesario diversificar, porque si nos dedicamos al monocultivo el suelo se cansa y lo único que vamos a conseguir es que tengamos que utilizar más químicos para sacar una producción, en cambio lo que yo hago al diversificar me ayuda a no utilizar químicos”, comentó.