La fabricación artesanal de guitarras, sobrevive en Tisaleo

TRABAJO. Los hermanos Panimboza son parte del grupo de fabricantes de estos instrumentos de manera artesanal en el cantón.

Entre madera, máquinas y piezas, el arte de hacer guitarras e instrumentos de cuerda se mantiene en Jorge Panimboza y su hermano Efraín. Ambos comparten lo que ya pocos en Tisaleo saben, fabricar guitarras a mano.

Sí, pocos, porque entre alrededor de la decena de artesanos que se dedican a este oficio, la mayoría no ha podido transmitir sus conocimientos a sus generaciones venideras.

Es que el desinterés ha sido tal, por parte de los jóvenes, que los mismos hermanos Panimboza temen que la tradición y el arte de elaborar guitarras, charangos y más, muera con ellos.

 

Historia

Hace 25 años, Jorge aprendió a fabricar guitarras, dice que empezó con las de juguete y fue en Ambato, en la fábrica donde trabajaba conoció las técnicas.

Apenas tenía 15 años. “No me gustó hacer guitarras de juguete y me decidí por hacer las grandes. En la casa que era de mis padres pusimos el taller”, dijo.

Por unas gradas de tablón se llega a un mezanine rústico, con un clarísimo olor a madera, mientras las guitarras cuelgan de las estructuras del lugar, así es el taller en donde el arte fluye.

Mientras Jorge buscaba pedazos de madera seleccionada, la “jacarandá”, como le llaman a un tipo de material importado desde Bolivia, Jorge instalaba sus herramientas para iniciar la fabricación de un bandolín, que también es parte de los instrumentos que realiza.

“Aquí fabricamos guitarras económicas y profesionales, las mejores maderas son las que usamos para ambas, pero específicamente para las profesionales, son solo importadas”, aseguró Jorge.

 

EL DATO
Una guitarra profesional hecha artesanalmente puede llegar a costar 700 dólares.

Elaboración

Entre 15 días a tres semanas se tarda la fabricación de un instrumento, claro, dependiendo de cuál se trate, pues una guitarra profesional puede demorar hasta un mes, contando con que el cliente le agregue diseños o formas personalizadas.

Todo inicia con la preparación de la madera, es tratada, armada y moldeada, para luego pasar por procesos de ensamble y diseño.

Una vez hecho esto, la colocación de cuerdas y otros detalles es casi el tocado final de estos instrumentos. Un acabado de vidrio líquido hace que ese brillo particular del instrumento, lo destaque con ese toque de elegancia.

Colores, formas y modelos hacen que estos instrumentos sean tan solicitados.

Ahora dentro de las preocupaciones que aqueja a los hermanos Panimboza y a muchos de los artesanos, es que este arte desaparezca. (MAG)

 

 

Comercio

Las provincias a donde llegan las guitarras hechas en este taller llegan son Imbabura, Guayas, Manabí y Pichincha. “Los revendedores son los que nos compran más las guitarras económicas y las venden, pero lo que son bandolines se compran más en Otavalo”, sostuvo Jorge.

Las guitarras al por mayor se venden desde 35 dólares, mientras que el precio individual es a partir de 60.

Mientras que las profesionales van desde los 200 hasta los 700 dólares. A decir de los fabricantes, no han podido hacer llegar su producto de manera directa al exterior.