Desprotección de las víctimas frente al acoso en los buses en Ambato

Las paradas y el interior de los buses son lugares frecuentes para el acoso y abuso hacia las mujeres.
Angustia. Las paradas y el interior de los buses son lugares frecuentes para el acoso y abuso hacia las mujeres.

Las víctimas aseguran sentirse desprotegidas en las paradas, así como al interior de los buses. Piden a las autoridades acciones reales para prevenir el acoso.

La inseguridad en las paradas y al interior de los buses de transporte urbano no es un asunto nuevo para las mujeres.

Sentirse vulnerables ante la presencia de personas que puedan atentar contra su integridad, para muchas mujeres es algo normal, por lo que redoblan la atención en espacios concurridos.

Pero este es un tema que ha dejado de ser exclusivo para mujeres, pues también hay hombres que denuncian acoso hacia ellos y padres que hacen lo mismo luego de ver vulnerados a sus hijos.

 

TOME NOTA 
El acoso o abuso callejero es una de las formas de violencia de género más extendidas en el mundo.

 

Testimonios

Carlos tiene 36 años y su hijo 8. El hombre contó que a mediados de febrero estaba en el bus mientras se dirigía a su casa, en El Pisque, un sujeto se le pegaba mucho a su pequeño, por lo que lo cambió de lugar para evitar eso, sin embargo, cuando se subieron otros pasajeros el hombre volvió a restregarse en su hijo. “Perdí los estribos y le di dos puñetazos para que deje de estar tocándolo, cuando quise cogerlo se bajó del bus y no pude perseguirlo”, mencionó Carlos.

El hombre mencionó que a raíz de esto a su hijo no le gusta viajar en buses, por lo que tuvo que acudir al psicólogo para que le ayude a superar el problema.

El mismo temor tiene Julia, nombre protegido, a quien la tarde del jueves 7 de marzo al subirse en el bus en la parada del parque 12 de Noviembre, le tocaron el trasero.

“Al inicio creí que era solo mi idea, pero el tipo se subió al bus y como estaba lleno por varias ocasiones se me pegó y restregó, cuando lo empujé salió más bravo y me dijo que qué le estaba viendo”, recordó con angustia y asco la mujer de 45 años.

Contó que por no seguir enfrentado a su acosador se bajó en la parada más arriba de La Yahuira y luego tomó un taxi para ir a su casa cerca del intercambiador de Huachi Chico.

Una situación igual de angustiosa pasó Marjorie, nombre protegido, a quien luego de darle paso al sujeto que iba sentado a su lado para que se baje del bus, el pervertido le restregó sus pantalones en el hombro, por lo que la mujer reaccionó y le dio un codazo y un manotazo al sujeto.

“Lo peor de todo es que, aunque una sea la vulnerada, es la mal vista y hasta tildada de loca grosera por no dejarse sobajear de sujetos que creen que pueden andar por la vida haciendo lo que les da la gana”, puntualizó la mujer.

En lo que las tres personas concordaron es en que les resultaba infructuoso poner la denuncia, pues aseguran que sería perder el tiempo.

 

EL DATO 
El acoso callejero tipo de acciones produce en las víctimas sensaciones muy negativas, como miedo, estado de alerta, ira, asco, baja autoestima y estrés.

 

Acciones en la ciudad

Gina Vásquez, presidenta del Colectivo Ana Peralta, señaló que los índices de violencia y agresiones hacia las mujeres son alarmantes en la provincia, por lo que se requiere más atención

Fue enfática en mencionar que el acoso está dentro de la violencia contra las mujeres y no solo Ambato, sino en Tungurahua que tiene altos índices de esto, lo que la lleva a ser la segunda provincia que registra mayor violencia contra las mujeres en el Ecuador.

“Por eso es necesario que se creen políticas para garantizar los derechos de las mujeres y evitar ser vulneradas en el entorno en el que se desenvuelven”, señaló la activista.

Ciudades como Quito, desde hace siete años, cuentan con programas establecidos desde la Municipalidad para proteger a las mujeres frente al abuso dentro de los buses, así en marzo de 2017 desde el Patronato San José se creó el plan ‘Bájale al acoso’ para que las mujeres puedan denunciar el acoso.

 

TOME NOTA 
Algunos casos de acoso callejero generan en las víctimas un cambio de hábitos, como la evitar lugares, la alteración de la rutina y la modificación de la vestimenta por temor.

En Ambato todavía no se cuenta con un plan de este tipo por lo que desde la Policía Nacional se pide a las personas que sean vulneradas se comuniquen con el 911 para denunciar el particular y sus agresores puedan ser detenidos.

Al consultarle sobre el particular a la concejal Sabina Gamboa, que preside la Comisión de Igualdad, Género e Inclusión Social, señaló que en la ciudad recién se hizo la reforma a la Ordenanza del Sistema de Protección Integral de Derechos, en la que ya se plantean medidas como la restitución de derechos, como el impulsar campañas de prevención en la ciudad.

Sobre el acoso en los buses mencionó que se requiere contar con el plan maestro de movilidad para que con este cuerpo regulador se pueda establecer una normativa frente al acoso en el transporte público.

Finalmente dijo que debería hacerse una restructuración del personal del Consejo de Protección de Derechos para que la atención hacia las personas que han sufrido alguna vulneración sea más ágil y efectiva. (NVP)