Ambato: inseguridad obliga a pequeños negocios a atender a través de pequeñas ventanas

Situación. Los dueños de tiendas venden sus productos a través de pequeñas ventanas.
Situación. Los dueños de tiendas venden sus productos a través de pequeñas ventanas.

Propietarios de negocios en Ambato decidieron cerrar las puertas de sus establecimientos para atender detrás de grandes rejas o pequeñas ventanas.

Los dueños de las tiendas aseguran que esta medida es una respuesta a la inseguridad que actualmente se vive en la ciudad.

El objetivo de esto es minimizar el contacto con los clientes para precautelar su seguridad en caso de robo.

Situación

Carmen Bastidas, propietaria de una tienda en el barrio Letamendi, contó que decidió impedir el paso de sus clientes al negocio porque fue víctima de varios robos.

El modus operandi de los delincuentes consiste en hacer que el tendero se descuide para de manera rápida sustraerse los productos que están en las perchas.

 “Muchas veces se llevaron gaseosas, aguas y otras cosas pequeñas que pueden guardarse en los bolsillos”, aseguró Carmen, quien abrió su negocio hace dos años aproximadamente.

Con este antecedente, la mujer optó por cerrar la puerta principal de la tienda e instalar una pequeña ventana que no supera los 50 centímetros de ancho para poder vender.

“Así me siento más segura porque el barrio mismo es peligroso y uno nunca sabe lo que puede pasar”, mencionó la comerciante.

Un caso similar es el de Ramiro Carrillo, quien atiende una farmacia en el barrio Simón Bolívar, él tuvo que acostumbrarse a atender tras unas grandes rejas instaladas en la puerta del local hace tres meses.

“Es un poco tedioso vender así porque tengo que cruzar dos o tres veces todo el local para atender a un cliente, también entiendo que es por seguridad y es necesario acostumbrarse”, aseguró.

Más seguridades

En otros negocios también se optó por la instalación de cámaras de seguridad, dispositivos que ayudan a los propietarios a controlar las acciones que realizan sus clientes dentro de los establecimientos.

En el minimarket de Fátima Jerez están instaladas ocho cámaras, una en cada pasillo, en la entrada y en la caja, además se colocaron sensores en los ingresos para evitar que la gente robe los productos de las perchas.

La dueña de este negocio asegura que en más de una ocasión sorprendió a personas tratando de robarse cosas, afortunadamente dice, ninguno de estos hechos fue violento. (RMC)