Comida, jugos, entre otros productos ofrecían varios comerciantes en las afueras de los recintos electorales habilitados en Ambato.
Un total de 171 recintos electorales fueron habilitados en Tungurahua para recibir a todos los ciudadanos que ejercieron su derecho al voto durante la jornada electoral de este domingo 15 de octubre de 2023.
Comercio
Las ventas informales repletaron los exteriores de los recintos más concurridos de Ambato como los instalados en las unidades educativas Guayaquil, Bolívar, Luis A. Martínez, Hispano América o en la Universidad Técnica de Ambato (UTA) campus Huachi.
En la avenida Bolivariana, a la altura de la Unidad Educativa Guayaquil, hasta 15 personas hacían fila para emplasticar la papeleta de votación. Niños, jóvenes y adultos mayores ofrecían este servicio por el valor de 0.25 centavos.
Pocos metros más adelante también se instalaron los puestos de comida típica, jugos, golosinas, juguetes, entre otros productos con precios variados.
Luis Moyano, ambateño, dijo que siempre acude acompañado de sus dos hijos y su esposa a sufragar, pues luego de eso tienen acostumbrado pasear por la ciudad y comer algo típico.
“Hay que aprovechar estos días con los seres queridos, pero siempre pendientes y responsables del futuro del país”, dijo el padre de familia.
CIFRA 171 RECINTOS Electorales fueron habilitados en Tungurahua.
Vendedores
Rodrigo Carrera, comerciante ambateño, dijo que llegó a las 04:00 del domingo 15 de octubre con el objetivo de conseguir un buen puesto para vender todos los jugos que preparó.
La inversión que realizó en esta ocasión fue de 50 dólares, pero a pesar de madrugar, su lugar estaba a más de 15 metros de la puerta principal del recinto electoral del colegio Guayaquil, pues hubo personas que llegaron más temprano que él.
El comerciante cuenta que cada vez hay más competencia en el lugar y asocia esto a la falta de empleo que existe en el país. “La gente busca ganarse cualquier cosita en este día, por eso sale a vender”, explicó.
Más adelante, Estefanía Pilamunga cuenta que lleva más de 20 años dedicándose a emplasticar certificados de votación y que nunca había visto tanta gente dedicándose a lo mismo como ahora.
La joven cuenta que este negocio es cada día menos rentable, sin embargo, si ayuda para solventar algunos gastos. (RMC)