Thomas Jefferson dijo: «Si tuviera que escoger entre un Gobierno sin periódicos, o estos sin Gobierno, no dudaría ni un momento en escoger lo segundo.»
Pero dijo tambien: «No leo ningun periódico y me siento muy feliz.» Y añadió: «Quien no lee nada es más instruido que aquel que lee solamente periódicos.»
Esta relación de amor y odio entre la Prensa y el resto del país, ha existido siempre. Pues nadie menosprecia el trabajo periodístico, al contrario, sabemos que es vital para la supervivencia de nuestra democracia.
Pero la mordaza que muchos periodistas portan, no es hechura del presidente Correa ni del público, sino de sus propios empleadores. Es decir, de aquellos dueños de medios de comunicación que lo son tambien de bancos, frecuencias radiales y televisivas, y medios de prensa escrita.
¿Cuán creíble sería un artículo de periodismo investigativo referente al Banco Pichincha, al grupo Isaias o al grupo Eljuri-Banco del Austro, producido por informadores cuyos empleadores son:
Teleamazonas, Gamavisión y Telerama, respectivamente?
En un enfrentamiento entre el Ejecutivo y el bien llamado «cuarto poder», es decir, los medios de comunicación, el primero siempre saldrá mal parado. Pero esto no debería alentar al Presidente Correa a prohibir por decreto los videos y grabaciones clandestinas, ya que eso sería restringir la libertad de información.
Sin embargo, debemos reconocer que si hoy hablamos de responsabilidad periodística, cosa por muchos años olvidada, se debe a que el Presidente de la República ha puesto el tema sobre el tapete, aunque difiramos de la forma en que lo ha hecho.
Felicitaciones a los pocos periodistas que procurando hacer un trabajo apegado a la verdad, recuerdan siempre que el único patrimonio que tienen es su credibilidad.
Sergio Eguiguren
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