Aunque la costumbre se va perdiendo, los nativos más antiguos siguen visitando a sus muertos.
Las creencias y tradiciones siguen latentes en la nacionalidad Tsáchila. Para honrar la memoria de sus difuntos realizan una ceremonia de reencuentro.
Albertina Calazacón, guía espiritual de la comuna Chigüilpe, mañana, jueves dos de noviembre, visitará las tumbas de sus padres, tíos, abuelos, hermana y sobrinos, y les ofrecerá los alimentos que les gustaba comer cuando vivían, por ejemplo, ayampaco, bala de verde, guanta, campeche o guaña.
Asimismo, indicó que deben visitar a sus parientes hasta el mediodía, ya que, según sus creencias, ese tiempo es el propicio para compartir.
“Nuestros antepasados nos decían que al mediodía los muertos se van y cuando nadie los visita se quedan tristes”, dijo Albertina.
Antes del día de difuntos, al igual que los mestizos, deben limpiar las tumbas donde descansan sus seres queridos.
EL DATO Varios nativos concuerdan que hay costumbres que se han dejado de practicar, pero buscan rescatarlas.
Altares
Diana Aguavil, exgobernadora de la nacionalidad, irá al cementerio para compartir con su padre, Héctor Aguavil. Mencionó que la creencia es que Pipowa (sol rojo) da la oportunidad para que los fieles difuntos lleguen y se reúnan con su familia.
Entre las tradiciones que destaca es hacer altares en las viviendas y en los cuartos de curaciones, donde los difuntos hacían sus labores como médicos ancestrales.
Colocan velas, fotografías y los objetos que utilizaban con los clientes. (CT)
Cementerio En años anteriores, el Tsáchila que moría era enterrado en el cementerio antropológico ´Tribu de Indios Colorados´, ubicado en San Miguel de los Colorados, en la vía a Puerto Limón, espacio que ahora está en litigio con los mestizos. Con el pasar del tiempo, las familias abrieron cementerios dentro de las comunas para sepultar a sus parientes.