(EFE). Las preocupaciones relacionadas con la economía personal y familiar cuando no alcanza para pagar el alquiler o las cuotas, cuando se carece de recursos para una emergencia o el desempleo, causan estrés y pueden tener repercusiones físicas.
Una experta explica cómo reforzar nuestro organismo para afrontar este tipo de dificultades.
La tensión psicológica que experimentan quienes sufren preocupaciones económicas se denomina ‘estrés financiero’ y puede afectar directamente a la salud y al bienestar emocional.
Si esta tensión se padece de forma continuada puede llegar a ser un factor de riesgo que favorezca la aparición de alteraciones inmunológicas, dolores corporales y problemas cardiovasculares, entre otros trastornos, explican desde la firma de seguros de salud para empresas Cigna (www.cigna.com).
Carecer de ahorros, recursos o seguridad financiera para hacer frente a gastos en actividades lúdicas o en vacaciones; mantener el nivel de vida al que se está acostumbrado; pagar el alquiler o la hipoteca de la vivienda; o afrontar una emergencia o la pérdida del trabajo, son algunos de los factores que puede desencadenar y mantener ese estrés financiero, según apuntan.