Hoy, viernes 22 de diciembre, a las 15:00, será el sepelio, en el camposanto Jardines del Edén.
Por: Gonzalo Yépez Palma
83 años de vida, oriundo de Latacunga, residente 63 años en Santo Domingo, comerciante próspero, dirigente y gran benefactor deportivo. Así empiezo describiendo a quien en vida se llamó Hitler Oswaldo Endara, hombre muy conocido en nuestro medio y una persona que se hizo querer por todas sus buenas acciones.
Deletreando un poco su accionar en vida, a Oswaldo Endara lo conocí en su negocio de ‘Repuestos Endara’, pero en mi carrera periodística también me enteré que:
o Fue fundador del antiguo club deportivo ‘Caflosan’, siglas de los antiguos barrios unidos: Carolina, Florida y Santa Fe.
o Dirigente en Liga Deportiva Cantonal, tesorero de la misma por 40 años.
o Presidente de la Comisión de Box.
o Socio fundador del Sindicato de Choferes.
o Socio de la Cámara de Comercio.
o Gestionador para la cancha de la Liga Barrial Santa Martha y, en gratitud, la dirigencia puso su nombre y lo declaró presidente vitalicio de la Liga.
o Motivador para institucionalizar la entrega de medallas a las madrinas deportivas.
o Donante de trofeos, uniformes y más implementos a clubes deportivos, principalmente en fútbol y box.
o Cada año don Oswaldo donaba caramelos y juguetes a niños de barrios pobres, así como ayudaba a una u otra persona que llegaba con sus recetas médicas.
o Auspiciante de espacios radiales y televisivos deportivos…
La historia es larga en la vida de don Oswaldo. Pero he tratado de resumir lo que también en estas últimas horas he recabado de su hijo mayor, Henry, y de algunos colegas periodistas.
Sus otras hijas fueron Geoconda, Anita y Alexandra.
Legado
Cayó enfermo, transcurrió un largo trayecto con la enfermedad hasta que nuestro Dios le dijo: tu vida terrenal ha terminado, cumpliste tu misión y ahora vuelves a mi Reino. Así es nuestra vida y así son los designios del Creador que todo lo puede.
Nos queda su gran legado, de servicio a los demás, sin buscar ningún interés personal y sin esperar ningún reconocimiento público. Estos reconocimientos le llegaron de manera espontánea de quienes sentían gratitud por su generosidad. Jamás buscó un cargo público, peor una dignidad política. Hombre recto, de palabra corta y sincera, mirada serena y actitud firme. Franco y rápido en sus respuestas.
Mis colegas no me dejarán mentir: Santo Domingo tuvo a un gran líder y un gran ser humano. Desde estas líneas, planteo al Gobierno Municipal que su nombre debe perdurar, perennizarse en algún espacio público, como se ha practicado con otros personajes que han dejado huella para estas y las futuras generaciones.
Paz en la tumba del amigo y caballero Hitler Oswaldo Endara.