Alfonso Camacho y su paso por la docencia

COMPLACENCIA. Alfonso Camacho junto a su familia, en un homenaje que le hizo la comunidad La Florida del Toachi
COMPLACENCIA. Alfonso Camacho junto a su familia, en un homenaje que le hizo la comunidad La Florida del Toachi

Ha sido testigo de la evolución que ha tenido la ciudad, cantón y provincia, desde 1971 que se radicó en estas tierras.

Hace 50 años se estableció en Santo Domingo Alfonso Camacho Vargas, dejando atrás su pueblo San Miguel de Bolívar. Su arribo se dio  cuando  empezaba a resurgir la tierra colorada,  siendo testigo de varios procesos, hasta que en el 2007 llegó la provincialización.

Para Alfonso, Santo Domingo tienen todo para ser un cantón y provincia de éxito. “Me gustaría que las autoridades se dediquen a ejecutar proyectos afines al progreso, somos ricos en todos los aspectos y eso deberíamos aprovecharlo”.

Sus inicios

Siempre ha estado ligado a la docencia, la considera como una de las actividades más apreciadas e importantes de la humanidad.

Durante sus años como maestro impartió clases en tres centros educativos: primero como particular, en la escuela Sin Nombre del recinto El Espejo, a tres horas a caballo desde la parroquia Alluriquín, pasando el río Toachi.

“Allí pasé dos años, los honorables padres de familia me pagaban 700 sucres mensuales. Trabajé para que se fiscalice la escuela, luego de lograrlo me botaron las autoridades de Pichincha”, manifestó.

Continuó en la escuela fiscal Ciudad de Ambato,  en el recinto El Silencio, en la vía Quinindé, “laboré un año y me pagaban 1.200 sucres mensuales”.

Finalmente, ingresó a la escuela fiscal César Borja Lavayen del recinto La Florida del Toachi, en 1974, durante 17 años compartiendo con buenos alumnos y excelentes padres de familia.

“En esta escuela cada año programaba dos fiestas: deportes en el día, en la noche teatro, danza, sainetes y rematábamos con baile general”, recordó con añoranza esos momentos.

Experiencias maravillosas

Se casó con Olga Cuaspud, adquiriendo una finca de 15 hectáreas, donde tuvo sus primeros cuatro hijos: 1 hombre y 3 mujeres. Luego tuvo la oportunidad de ingresar como Supervisor Escolar. Dejó el campo y salió a la ciudad procreando dos hijos más. En la actualidad está jubilado, un poco delicado de salud, pero sonriéndole a la vida y batallando junto a su familia que es su razón de vivir.

Indicó que la docencia le ha dejado experiencias maravillosas. “Entregué los conocimientos más significativos que me dieron mis maestros en la sierra, por eso mis alumnos han logrado escalar y estar en puestos relevantes”.

Por toda su entrega y cariño que demostró a sus alumnos, hace unos días atrás  la comunidad La Florida del Toachi le organizó un homenaje, que para él fue una sorpresa agradable. “La recibí emocionado, pese a mi delicada salud, hasta bailé el Carnaval con mi esposa, le agradezco mucho a la comunidad y a mis hijos que estaban al frente del programa, como siempre se dice, en vida es todo”.

El dato
Se graduó de profesor en el colegio Normal Ángel Polibio Chávez, el 21 de julio de 1971.
En lo personal
Su familia está conformada por su esposa Olga Cuaspud Portilla. Sus hijos:   Darwin Alfonso, Catty Cristina, Johana Mireya,Tatiana  Clarivel, Kevin Leonel y Jhordy Jhon Camacho Cuaspud.
Sus nietos: Javier, Coraima, Leito,  Matías, Amelia, Jhous, Leonela, Monserrat,  Adrielito y Huguito.