¿Por qué nos aburrimos?

Es una herramienta de alerta ante el fracaso de permanecer motivados por una tarea

Todos hemos experimentado alguna vez la sensación de aburrimiento. Escapar del tedio no es tarea fácil. Hay personas más predispuestas a su padecimiento, el cual tiene como principales consecuencias una mayor propensión a caer en la depresión, la drogadicción, al aislamiento social o a rendir poco en los estudios o el trabajo. Por tanto, descubrir los orígenes del aburrimiento podrá ayudarnos a prevenir y tratar todos estos efectos perjudiciales derivados del mismo.

¿A qué nos referimos exactamente cuando hablamos de aburrimiento?

El modo habitual de definir el aburrimiento en la cultura occidental está asociado a la idea de no tener nada que hacer o a la realización de tareas monótonas. Sin embargo, en la actualidad sabemos que este fenómeno va más allá del contexto o las circunstancias individuales.

El aburrimiento no es un concepto cerrado, sino que presenta múltiples y variadas manifestaciones, las cuales pueden ir desde un estado de tedio temporal o momentáneo, de carácter pasajero (por ejemplo, cuando se espera en la fila del supermercado o en la sala de espera de la consulta del médico) hasta llegar a ser una condición de carácter existencial, relacionada con el agotamiento y la insatisfacción ante la vida. Por tanto, la sensación de tedio puede surgir ante la incapacidad para identificar las actividades que llevan a la felicidad y a la realización personal.

¿Qué podemos hacer al respecto?

En ocasiones, superar el aburrimiento requiere de mucho más que el simple hecho de encontrar algo que hacer. A veces, también hay que pararse a pensar y preguntarse por qué uno se encuentra en ese estado, a fin de poder prevenir su aparición en el futuro.

Aunque no existen “recetas mágicas” contra el aburrimiento, algunas claves efectivas contra el mismo son:

• Buscar nuestra propia inspiración. Se trata de potenciar una forma de reflexión que te lleve a indagar sobre nuevas actividades o estimulaciones que consideres enriquecedoras para tu vida.

• Intentar hacer algo nuevo dentro de la propia rutina. Por ejemplo, cambiar el lugar de almuerzo durante los descansos del trabajo o las clases, cambiar de ruta o de medio de transporte para ir al mismo sitio día a día, etc.

• Fomentar la creatividad. Las personas creativas, que desarrollan muchas actividades e intereses, son capaces de mantenerse ocupadas en cualquier circunstancia, por lo que no se prestan tanto al aburrimiento.

• Desarrollar nuevos intereses, habilidades o pasatiempos.

• Mantenerse mentalmente activo. Esto se consigue a través de la realización de actividades placenteras para uno mismo, las cuales previenen el hastío.

• Realizar alguna actividad física. Este punto no necesariamente ha de suponer la realización de ejercicio físico o la práctica de algún deporte. Puede valer con dar un paseo, bailar, apuntarse a clases de pilates, artes marciales, etc. Mantener el cuerpo activo ayuda a mantener la mente activa, lo cual reduce los niveles de aburrimiento.

• Mantener la mente ocupada, por ejemplo, a través de la realización de las tareas cotidianas, como cocinar, limpiar, ir a la compra, etc. Es muy importante evitar que el aburrimiento, la pasividad y la apatía nos paralicen en la realización de nuestras actividades diarias, ya que tal situación tan sólo conseguirá un aumento en los niveles de hastío.

• Averiguar qué es lo que realmente quieres hacer. A veces, el aburrimiento surge porque se tienen demasiadas ideas y no se sabe cuál hacer primero. Por ello, será importante intentar aclarar y organizar nuestras ideas y prioridades.

¿Aburrirse es siempre negativo?

Pese a todas sus connotaciones negativas, el aburrimiento también cuenta con su parte positiva o beneficiosa para el individuo. Por un lado, es un claro indicador de que necesitas hacer cambios en tu vida, explorar nuevos horizontes, etc. Por otro, promueve la creatividad.

Sin duda, el aburrimiento aporta la oportunidad para el pensamiento constructivo y la reflexión personal. Además, en ocasiones también actúa como una señal que nos informa de que una determinada tarea puede estar siendo una pérdida de tiempo y que, por tanto, no vale la pena continuar con ella.

Por último, mencionar que existen muchos estudios que consideran el aburrimiento como un catalizador para la acción, el cual, si se sabe manejar y evitar caer en sus efectos negativos, puede actuar como una gran fuerza motivadora y de cambio.

RECUADRO

El aburrimiento esconde razones que tienen que ver con nuestro estilo de vida, con nuestra personalidad.