La historiadora que llevó a Quito hasta la Unesco

PERSONAJE. Ximena Escudero Albornoz es la historiadora del arte que hizo la primera lista de bienes patrimoniales de Quito.
PERSONAJE. Ximena Escudero Albornoz es la historiadora del arte que hizo la primera lista de bienes patrimoniales de Quito.

La historiadora quiteña creó el inventario de bienes patrimoniales de la ciudad.

La sala de la casa de Ximena Escudero Albornoz está llena de piezas de arte y fotografías de su familia. Cada objeto tiene una historia que la quiteña de 68 años rescata de su memoria con precisión. Son parte de su vida y por detalles que ella llama “trabajo comprometido con la cultura”, sus memorias también están ligadas con el suceso que convirtió a Quito en Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Un cuestionario de cinco preguntas –bien documentadas y respaldadas– fue suficiente para que la Unesco pusiera a la ciudad en la lista de Patrimonio Mundial, hace 40 años. Escudero lo recuerda como un proceso fácil, “si tienes el conocimiento y la experiencia necesarias”.

Con cuidado, la historiadora, quien creció escuchando los relatos del padre dominico José María Vargas (que luego la invitaría a trabajar en el Museo de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador), sostiene una carpeta con los documentos que la ayudaron a hacer la lista de bienes de Quito.

El documento principal lleva al final su firma y la fecha en la que fue presentado: marzo 20 de 1978. En ese tiempo ella era la directora nacional de catalogación del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC). Recuerda que lo llenó con ayuda de tres personas que le asistían en distintas tareas. Finalizarlo le tomó casi un año.

Una idea pionera
Para entender esta historia es necesario conocer un nombre que Ximena Escudero repite con frecuencia: Rodrigo Pallares. Él fue su jefe en el INPC y “el pionero, el único que tuvo la idea de que Quito fuera Patrimonio de la Humanidad”.

Era 1977 y Pallares regresaba de París, de una reunión del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, del que fue parte Ecuador y que se había formado para proteger la biodiversidad y bienes patrimoniales en el mundo.
“Me dijo que me hiciera cargo de reunir la documentación para que el Centro Histórico de Quito y las Islas Galápagos fueran parte de la lista”. Escudero aceptó e inmediatamente se puso a trabajar. Tenía 27 años de edad y cinco de experiencia. Cuando empezó a trabajar aún no se había graduado de la PUCE, donde estudió la carrera de Educación, con especialización en Historia.

“Yo creo mucho en los jóvenes en que pueden hacer cosas muy bien”, dice quien también trabajó en el Museo del Banco Central del Ecuador y dio clases de historia y filosofía.

Primero le propuso a Pallares enfocarse en la Iglesia de La Compañía, pero él le pidió que hiciera un análisis de todo el Centro Histórico.

De pie sobre el Itchimbía, Escudero se enfrentó a la ciudad en la que nacieron sus abuelos, sus padres, ella, su esposo y su única hija. Vio las montañas que la delimitaban. El Rucu, las lomas San Juan, El Panecillo (aún sin la Virgen) y la cava Jerusalén.

En su carpeta guarda cuidadosamente el mapa de 1975, en el cual se muestra la extensión del Centro Histórico que tomó en cuenta para la lista de bienes patrimoniales. La carrera contra el tiempo terminó en 1978, cuando la Unesco notificó que el Centro Histórico de Quito se incluiría en la lista.

“Para nosotros fue una gran alegría”, recuerda, “pero casi no tuvo eco en el país, la prensa sacó noticias de este porte”, dice mientras hace un recuadro de cinco centímetros con sus dedos. Ese no fue el reto final. Años después el Gobierno Ecuatoriano reconocería al Centro Histórico como Patrimonio Nacional y en 2012 se realizaría una actualización de la lista de bienes. Ximena Escudero también participó en esa empresa.

Su pasión
Conversar con Escudero es como abrir puertas hacia el pasado. Para ella, “la historia del arte está en tres dimensiones”. Más que nada le apasiona hablar sobre escultura y dice que su libro mimado (ha publicado más de 10) es: ‘Historia y leyenda del arte Quiteño, su iconología’. Es exacta en los detalles y en la explicación de que el Centro Histórico de Quito conservó su trazado de ciudad española, renacentista, europeizada. Según su opinión esta fue una de las razones que la llevaron al reconocimiento. La otra es la religiosidad que se mantiene hasta ahora.

Su lugar favorito de la ciudad es San Francisco y su gusto por la historia nació con ella y recorrió cientos de veces la casa de sus padres en la 6 de Diciembre y 18 de Septiembre, que ya no existe.

“No se puede juzgar el pasado con lo que pensamos en el presente”, asegura firmemente y luego desarma su postura con una sonrisa y, como si tuviera que explicar algo dice que siempre ha sido cuestionadora. Cuestionadora y pionera, incluso ella y su esposo le pusieron nombre a la calle del sector Quito Tenis donde aún viven. Fue para el cumpleaños de su hija hace más de 30 años, colocaron un cartel en la vía que aún no tenía nombre y permaneció como seguirá permaneciendo su legado. (PCV)

Ficha

La profesional

° Ximena Escudero Albornoz
° Nacimiento: Quito, 16 de septiembre de 1950
° Estudios: Licenciada en Educación con especialización en Historia, Pontificia Universidad Católica del Ecuador
° Experiencia: directora nacional de catalogación del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), historiadora en el Fondo de Salvamento del Patrimonio Histórico (Fonsal), curadora Museo del Banco Central del Ecuador.