Tratamientos incompletos y partos con velas, los apagones precarizan la salud

TRATAMIENTO. No cumplir con el tiempo de diálisis es peligroso para los pacientes renales.
TRATAMIENTO. No cumplir con el tiempo de diálisis es peligroso para los pacientes renales.

Pacientes que requieren de máquinas para diálisis, ventiladores o dar a luz en parroquias rurales sufren los estragos de los apagones. Hay casos en los que la salud depende de la electricidad.

¿Qué es lo peor que puede pasarte cuando se va la luz? ¿Quedarte sin wifi? Pues hay personas cuya vida depende de la electricidad y, ante los anuncios de apagones que durarán hasta junio, la incertidumbre y desesperación no cesan.

Es el caso de Ashley, hija de Jennifer Ramos, quien tiene discapacidad e insuficiencia renal. Ambas viven en el sur de Quito y cuentan con una máquina para diálisis entregada por el hospital Baca Ortiz.

Ashley vive con insuficiencia renal desde los 4 meses de nacida y debe dializarse 10 horas y media diarias, pero los apagones cortan su tratamiento. “Hay veces que se va la luz a las cuatro de la tarde y llega a las seis de la tarde. La podemos conectar solo dos horas y de ahí ya no pasa, o sea, ella no termina el tiempo que tiene que conectarse. Estamos preocupados por eso”, dice la madre.

La joven de 18 años es una de las cerca de 19.000 personas (a escala nacional) que reciben este tratamiento que limpia la sangre y que es indispensable para los pacientes renales.

Graves problemas

Ramos dice que los apagones llegan de forma inesperada, es decir, no siempre se cumplen los horarios que indica la Empresa Eléctrica. A la madre de Ashley le preocupan las repercusiones que los tratamientos incompletos, por falta de luz, le causen a su hija. “Es duro porque ella no se está dializando completamente”.

Cuando ya no hay energía eléctrica, la madre intenta drenar los líquidos que retiene Ashley de forma manual. “Pero se quedan residuos en su barriguita y es complicadísimo. A futuro ella va a tener consecuencias y no tengo ayuda de la doctora, aunque les avisé lo que estaba pasando”.

Que no haya un drenaje completo puede hacer que los líquidos lleguen a los pulmones de la joven, lo cual puede ser mortal.

Además, la máquina de diálisis de Ashley tiene un módem que registra la información de salud de la paciente, lo cual es necesario en caso de tener un donante.

Pero la falta de luz en la casa no es el único inconveniente. Ashley debe colocarse un suero tres veces a la semana, pero la atención en los centros de salud también se ha suspendido por los cortes de luz “y no le pueden poner los sueros”, dice la madre.

La situación es similar para pacientes con problemas respiratorios que requieren oxígeno medicinal y que debe ser recargado con electricidad.

Médicos asistieron un parto con velas y linternas

El 19 de abril de 2024, en el centro de salud de Pedro Vicente Maldonado (Pichincha) nació una niña en medio de un apagón.

Génesis Espinales, enfermera del Distrito, señala que el cantón recibe luz desde Quito y que ese día no estaba programado un corte de energía a esa hora. Pese a ser un centro de salud no cuenta con generador de luz. “Fue prácticamente un parto normal, solo que sin energía eléctrica”.

Pese a la falta de electricidad, el parto no tuvo complicaciones. El doctor Paúl Morales señala que se cumplieron todas las normas de asepsia y antisepsia. La pequeña  pesó 2.965 gramos y su talla fue de 46.5 cm.

“Recibió el apego precoz con inicio inmediato de lactancia materna, recibió todos los medicamentos de profilaxis como: Vitamina K y profilaxis ocular, así mismo las vacunas BCG y Hepatitis B”, destaca el médico.

Por su parte, Espinales dijo que la madre estaba tranquila durante el parto y que, desde ese episodio, ya tienen un plan de contingencia. “Se está haciendo la gestión para que el GAD municipal nos pueda colaborar con las luces de emergencia”.

Por su parte, Morales destaca que “la unidad de salud tiene su plan de contingencia con lámparas de emergencia y se está gestionando la adquisición de un generador”.

“Mi hija debe dializarse 10 horas al día y solo lo hace dos por los apagones”, Jennifer Ramos, madre de una niña con insuficiencia renal.

“Tenemos que correr al hospital a ponerle los sueros y llegar a la casa a hacer la diálisis, pero solo alcanzamos dos o tres horas por los apagones”, Jennifer Ramos, madre de una niña con insuficiencia renal.

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