El riesgo país sigue al alza en los días previos a que Daniel Noboa llegue al poder. Esa alza refleja el deterioro de la economía diaria de los ecuatorianos y de un Estado sin recursos suficientes ni para pagar a sus proveedores o invertir.
Con corte al 15 de noviembre de 2023, el riesgo país ha subido a 2.054 puntos, como consecuencia directa de la incertidumbre sobre la capacidad real del nuevo presidente, Daniel Noboa, para estabilizar las finanzas públicas y sacar al Ecuador de una crisis económica que afecta a los ingresos y el empleo de los ecuatorianos.
LA HORA, con fecha 18 de septiembre de 2023, publicó una nota explicando por qué el riesgo país no es solo una preocupación de los inversionistas y los tenedores de bonos, sino que tiene impactos concretos en la calidad de vida de los ecuatorianos.
A continuación, se resumen las razones por las que el riesgo país es un reflejo de las penurias y problemas económicos de los ecuatorianos:
1.- Es cierto que a las bancas de inversión y los tenedores de bonos de deuda ecuatoriana les interesa el riesgo país; pero la razón de fondo es que ese indicador sube cuando un gobierno tiene problemas para pagar sus deudas y tiene unas finanzas públicas desequilibradas con un alto déficit fiscal (más gastos que ingresos).
Ese escenario precario, en última instancia puede llevar a que en un futuro no se puedan pagar los intereses de los bonos y otras deudas incurridas por el Estado ecuatoriano, pero a corto plazo, como ya están sintiendo los ecuatorianos, se traduce en atrasos de pagos a proveedores (en su mayoría Pymes, emprendedores y pequeños productores), a la seguridad social y a todo el sistema público.
Así, entre más sube el riesgo país, más aumentan las posibilidades de que empresas proveedores del Estado se queden sin cobrar y hasta puedan cerrar, la calidad de los servicios públicos se deteriore, los gobiernos locales van reducidos sus presupuestos, la inversión se quede en mínimos.
Todo eso se traduce directamente en más costos directos al bolsillo de los ecuatorianos y menos ingresos para el gasto diario de las familias.
2.- Un alto riesgo país equivale a que se vuelve más costoso invertir en Ecuador. Así, cualquier intento de atraer inversionistas privados del exterior para que hagan, por ejemplo, carreteras, refinerías, hidroeléctricas, entre otros, se vuelve cuesta arriba porque exigirán un mayor retorno. Esto quiere decir que se tendrán que establecer mayores costos para que los proyectos se puedan concretar.
Con un Estado sin dinero, la fata de inversión privada, sobre todo extranjera, pero también nacional, profundiza los problemas del mercado laboral: ingresos bajos e informalidad.
3.- Otro efecto negativo de un alto riesgo país es que se restringe y encarece el crédito para personas y empresas dentro del Ecuador. Es decir, menos empresas y personas acceden a financiamiento para su consumo e inversión productiva, y lo hace a tasas más altas.
La Asociación de Bancos Privados (Asobanca) ya ha alertado que la concesión de créditos ha caído alrededor del 5% en 2023. Esto afecta a las grandes industrias, que son importantes generadoras de impuestos y empleos, pero también a las microempresas.
4.- Un análisis del Instituto Ecuatoriano de Economía Política (IEEP) apunta a que un riesgo país alto también refleja, en el caso del Ecuador, un claro problema de debilidad y desconfianza en las instituciones. A esto se suma un sistema de justicia manipulado y sin credibilidad; la inseguridad en las calles; cambios súbitos en el régimen tributario.
Es decir, todo un entorno de incertidumbre, justicia ineficiente y mala calidad de vida que provoca, junto con los problemas fiscales y económica, que la producción del país crezca entre poco y nada. La consecuencia final son menos oportunidades laborales, bajos niveles de creación de empresas, altos costos para emprender, entre otros.
5.- El alto riesgo país también refleja los problemas de una economía sin políticas de largo plazo, donde la república se refunda con cada presidente; y donde además en muchas ocasiones los cambios de mandatarios se dan de forma abrupta y antes de terminar el periodo.
En el caso del Ecuador, a eso se suma que tanto gobierno como ciudadanos no tienen capacidad de ahorro y eso hace incluso más complejo invertir para tener mejor infraestructura, más producción y más empleo. (JS)