Vecinos de tres sectores de Quito impulsan la confianza con proyectos

COMUNIDAD. Composteras, parques, ciclovías y otros proyectos se construyen en los barrios por autogestión.

Una encuesta indicó que los quiteños desconfiaban en sus vecinos, pero sectores como Bellavista, Condominios del Inca y Alianza Solidaria desafían esta percepción.

Una encuesta de la iniciativa ‘Quito como Vamos’ reveló que el 54% de los quiteños no confían en sus vecinos, citando diversas razones. Sin embargo, hay sectores que desafían esta realidad.

En lugares como Bellavista, la Cooperativa Alianza Solidaria y Condóminos del Inca, los residentes han unido esfuerzos durante varios años para construir comunidades sólidas y sostenibles.

Estas comunidades están desafiando la falta de confianza a través de la implementación de proyectos que no solo benefician a los residentes, sino también al medio ambiente.

 Club de Compost

El barrio Bellavista, hogar de aproximadamente 8.000 residentes, por ejemplo se destaca por su iniciativa comunitaria y la implementación de proyectos que buscan mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Bellavista comenzó su camino hacia la sostenibilidad ambiental con el Club de Compost. Este proyecto es una colaboración entre colectivos como Acción Ecológica, Tía Verde,  Plural, vecinos y profesionales en el barrio.

La iniciativa buscaba promover la separación de residuos orgánicos en los hogares, la recogida eficiente y la creación de compost para beneficio comunitario.

Gracias a la participación activa de la comunidad y la colaboración con organizaciones, el Club de Compost aplicó con éxito al fondo de Alianza Basura Cero, obteniendo $4.000.

Este financiamiento permitió la construcción de una estación de compostaje equipada con seis grandes composteras y un sistema de volteo. Además, se implementaron bicicletas eléctricas de carga para el transporte eficiente de los residuos orgánicos desde los hogares hasta la estación.

«La contribución mensual de los vecinos asegura la sostenibilidad del proyecto. Comenzamos con 25 familias en el piloto, pero debido al éxito, ahora apuntamos a alcanzar 50 familias», contó María Elena Rodríguez, una de las dirigentes.

Proyecto Bellavista

El Proyecto Bellavista, conformado por vecinos y profesionales de diversas disciplinas, asimismo, se propuso mejorar los espacios públicos del barrio.

A través de los presupuestos participativos se iniciaron intervenciones en lugares como el Parque Aromático, un espacio inclusivo con especies nativas y plantas aromáticas.

Además, el proyecto ha liderado mingas barriales para la plantación de árboles y la creación de intervenciones socioambientales en diversos corredores y espacios públicos. El año pasado, obtuvieron un fondo internacional que les permitió crear el primer espacio público para la niñez temprana en Quito: «Recorrido con Sentidos».

Este parque infantil, equipado con juegos Montessori y un recorrido socioambiental entre las plantas, ha tenido un impacto significativo en la comunidad.

Condominio que genera abono

El conjunto habitacional Condominios del Inca también implementa con éxito un proyecto de compostaje desde noviembre de 2023.

La compostera, diseñada con la finalidad de aprovechar los residuos orgánicos generados en el condominio, ha sido clave en la generación de abono de alta calidad.

Este abono se utiliza estratégicamente en las áreas verdes del condominio, que abarcan aproximadamente cuatro hectáreas, garantizando un mantenimiento óptimo y sostenible de los jardines.

Hasta la fecha, el proyecto ha logrado generar abono suficiente para impulsar el crecimiento de alrededor de 500 plantas, las cuales, una vez alcanzada su madurez, serán plantadas utilizando la tierra abonada generada internamente.

Ciclovías comunitarias

En el corazón del sur de Quito, en Quitumbe, la Cooperativa Alianza Solidaria ha liderado una transformación significativa durante las últimas décadas.

Sandra López, representante de la Cooperativa, dice que los proyectos han marcado un hito en el desarrollo habitacional y comunitario.

Inicialmente conocida como Cooperativa de Vivienda Reina del Cinto, su enfoque no solo estaba en la construcción de viviendas, sino también en la recuperación y preservación del entorno natural.

«La solución de la vivienda no se termina con la entrega de las casas, sino que la verdadera necesidad de las familias era un hogar digno», comentó López. La cooperativa adoptó una filosofía participativa, fomentando la cultura del ahorro, la participación activa en las asambleas y la educación como pilares fundamentales.

Un aspecto clave del proyecto fue la recuperación de las quebradas que rodean la zona.

Además, con un enfoque sostenible, se crearon ciclovías comunitarias, además de parques y una cancha de fútbol.

Esta comunidad se enfoca en crear viviendas de interés social, espacio público, construcción comunitaria y recuperación de quebradas. (EC)

 Advierten de barreras burocráticas

La comunidad de Bellavista ha demostrado ser un faro de autogestión y desarrollo sostenible. Sin embargo, los líderes locales han expresado sus desafíos al tratar de vincularse con el Municipio para obtener un apoyo más directo.

«Consideramos que el Municipio debería ser una contraparte importante para el trabajo a escala de barrio. Hemos participado en presupuestos participativos y buscado establecer canales de comunicación, pero a menudo enfrentamos barreras burocráticas y falta de apertura», comentó Elena Rodríguez, dirigente barrial.

Agregó que la burocracia municipal ha sido un obstáculo para replicar las exitosas experiencias de Bellavista en otros barrios. La rigidez de los presupuestos participativos limita la diversidad de proyectos posibles, ya que, por lo general, se centran en actividades y obras predefinidas.

Ante estos desafíos, Bellavista ha buscado alternativas, como la colaboración con el sector privado. La comunidad ha recibido donaciones y apoyo de empresas locales.

El Barrio Bellavista ha compartido sus experiencias con otras comunidades a través del Cabildo Cívico de Quito, una organización que reúne a diversas entidades sociales de la ciudad. Esta red ha brindado un respaldo adicional a las iniciativas comunitarias.

$4.00 necesitó el proyecto de compostaje de Bellavista  para realizarse.
En el Club de Compostaje participan 25 familias, pero la meta es llegar a 50.

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