El paro de junio de 2022 impidió la creación y destruyó más de 58.000 puestos de trabajo

Leonidas Iza en la protesta de junio pasado.

Ahora que soplan vientos de nuevas protestas, se hace oportuno recordar que el paro violento de junio de 2022 golpeó seriamente al empleo; y, además, generó el pico de inflación más alto durante el año pasado. Dos golpes letales al bolsillo de los ecuatorianos.

Desde sectores como la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), el Frente Popular, Unión Nacional de Educadores (UNE), varios partidos políticos, se oyen tambores de guerra en su cruzada por sacar a Guillermo Lasso de la presidencia de la República.

Esos tambores de guerra se traducen en amenazas de nuevos paros y manifestaciones en las calles, las cuales irían escalando desde inicios de marzo de 2023.

En este contexto, es importante recordar el legado nefasto para el bolsillo de los ecuatorianos que dejó el último paro violento durante toda la segunda mitad de junio de 2022.

Durante esos aparentemente pocos días, llenos de bloqueos de carreteras, intimidación a comerciantes y ciudadanos, desabastecimiento de alimentos e incluso de insumos médicos como el oxígeno, se trastocaron todas las planificaciones de emprendedores y empresarios.

El sector exportador y productivo, sobre todo de la Sierra Centro, perdió ventas y contratos presentes y futuros. Lo mismo sucedió con el turismo y los pequeños negocios.

El resultado final, que se tradujo en pérdidas directas de $1.115 millones según estimaciones del Banco Central del Ecuador (BCE), realmente significó que se impidió la creación y se destruyeron alrededor de 58.174 fuentes de empleo.

Si se calcula que cada fuente de empleo tiene entre 3 y 4 dependientes, el total de perjudicados por el paro comandado por Leónidas Iza llega hasta los 232.696 ecuatorianos. Esos ecuatorianos vieron afectados severamente su bolsillo, su nivel de ingresos, su calidad de vida, e incluso sus perspectivas de futuro.

El economista Juan Ribadeneira, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ), explica claramente los tres momentos perversos que generan las paralizaciones como las de junio de 2022:

1.- Antes: Tensión e incertidumbre que detienen actividades.
2.- Durante: Caos que lo paraliza todo y se pierden trabajos.                                                                                                                                    3.- Después: Pérdidas para todos y lenta recuperación.

Por su parte, Carlos Loaiza, presidente de la CCQ, ha apuntado que el círculo vicioso de las protestas y la estabilización, en ultima instancia, hace que la mayoría de emprendimientos se ponga en modo de subsistencia, sin capacidad de pensar a largo plazo y sin contratar más personal.

De acuerdo con un análisis de las cuentas nacionales, elaboradas y publicadas por el Banco Central del Ecuador (BCE), para generar un empleo formal se necesitan, en promedio, alrededor de $15.000 anuales. Aquí no se toma en cuenta solo los costos directos, sino también los indirectos.

Si se amplía el análisis al gasto social perdido, la protesta de junio de 2022 también fue un mal negocio en ese aspecto. Napoleón Santamaría, abogado tributario, puntualizó, por ejemplo, que las pérdidas de $1.115 millones pudieron servir para pagar un sueldo básico a 2,6 millones de ecuatorianos, es decir, más de la mitad de las personas que actualmente están en la pobreza y la extrema pobreza.

» Una nueva paralización sería infame», de acuerdo con Santamaría.

Alimentos más caros

Durante los primeros cinco meses de 2022, la inflación de los alimentos, o el aumento generalizado del precio de los alimentos en Ecuador fluctuó entre el 2,16% y 3,97% anual.

Sin embargo, de la mano del paro violento de junio, la inflación de los alimentos, que en el caso de las familias pobres y de clase media representa entre el 45% y más del 60% del presupuesto, se disparó al 7,27%.

Todo esto empujado por la caída de la producción y la escasez en los mercados y tiendas como consecuencia del bloqueo de carreteras e incluso la intimidación hacia los negocios y empresas que intentaban continuar con sus actividades normales diarias.

Si se amplia el análisis a todos los otros productos y servicios, la inflación de junio de 2022 fue la más alta registrada durante todo el año pasado. El porcentaje anual de aumento de precios llegó al 4,23%; mientras la inflación mensual se ubicó en el 0,65%.

Así, junto al efecto perverso de la guerra en Ucrania, con el aumento del costo de insumos agrícolas, y el impacto del cierre económico de la pandemia, las protestas comandadas por Iza fueron determinantes para encarecer aún más la canasta básica y complicar aún más el bolsillo de los ecuatorianos. (JS)