Hemos tenido que reconstruir un sistema de seguridad que fue desarmado completamente. : Paco Moncayo

EXPERTICIA. Moncayo resaltó la decisión del Cosepe sobre el combate a la corrupción como una prioridad para el Estado.
EXPERTICIA. Moncayo resaltó la decisión del Cosepe sobre el combate a la corrupción como una prioridad para el Estado.

El Consejero de Seguridad Nacional valoró como positivas las decisiones asumidas por el Presidente Lasso. Consideró que “se vistió de estadista” y recomendó al próximo gobierno mantener las políticas para combatir al crimen organizado.

Hace seis semanas el general y héroe del Cenepa, Paco Moncayo, asumió junto al general Wagner Bravo, la difícil tarea de recomponer la estrategia de seguridad pública y dar respuestas contundentes en la lucha contra el crimen organizado.

La llegada de ambos generales generó un dinamismo distinto, que comienza a dar muestras de ir por el camino correcto para contener a la criminalidad que azota sobre todo a las provincias costeras y fronterizas, sin desestimar el incremento de la seguridad en todo el territorio nacional.

Aunque aún es muy pronto para declarar una victoria, LA HORA, conversó con el Consejero de Seguridad Nacional para conocer un primer balance de los pasos que se vienen desarrollando y cuáles son los próximos objetivos que debe apuntalar esta nueva política de Estado en materia de seguridad.

P.- Ya van seis semanas trabajando en la reconstrucción de la política de Seguridad Nacional. ¿Podríamos hacer un primer balance de sus logros?

En seguridad no se puede hacer un balance de un mes, lo que se puede es ver que lo que estamos haciendo tiene efectos positivos para la seguridad de la gente. Entonces, en este tiempo se han producido algunos eventos que, a mi juicio, tienen mucho valor estratégico. En primer lugar, la resolución del Consejo de Seguridad Pública y del Estado (Cosepe), declarando que el crimen organizado afecta a las estructuras básicas del Estado, a su soberanía, lo cual abre las puertas para que podamos utilizar a las Fuerzas Armadas sin necesidad de estar decretando estados de Excepción. Pues han perdido su lógica, porque la excepción se ha hecho la regla. Este es un punto clave, es un punto de inflexión. Es un antes y un después.

P.- ¿Qué otros pasos pueden observar los ecuatorianos en la lucha contra el crimen organizado?

No han pasado unas tres semanas y ahora el Cosepe, se volvió a reunir el jueves anterior (01 de junio) y dio un paso trascendental, que es declarar que la corrupción es un elemento fundamental de la amenaza que está sufriendo el Estado y declarar como prioridad del Estado el combate de la corrupción. Obviamente, todos sabemos cómo actúa el crimen organizado, que trata de cooptar a las instituciones públicas, de tener sus propios militares, policías, jueces, fiscales, legisladores, alcaldes. Entonces esta declaratoria del Cosepe abre las puertas para poder tomar medidas de protección a la estructura misma del Estado, eso se llama contrainteligencia y es otra declaración importantísima del Cosepe.

P.- ¿Dónde ubicamos el reglamento de la Ley del Uso Legítimo de la Fuerza?

Es uno de los últimos pasos en este corto tiempo. Se publica el reglamento de la Ley del Uso Legítimo de Fuerza, estableciendo y operativizando la ley. El reglamento no puede cambiar la ley, lo que hace es operativizar la ejecución de la norma (ley). Ahora los agentes se pueden sentir protegidos, saben que pueden hacer uso de su arma, que es legítimo, es legal y que debe ser progresivo. Por ahí he escuchado decir que por haber cambiado el nombre de la ley ya no es progresivo. No, estas son normas universales, el uso de la fuerza tiene que ser progresivo, no quiere decir que si alguien está disparando, vamos a regresar el tiempo, va a depender de las circunstancias en las que se produce el hecho y la apreciación del agente sobre la situación, este deberá actuar conforme a lo que establecen las normas. Este es un gran paso porque además se detalla cómo el Estado va a acompañar jurídicamente al servidor público responsable de hacer cumplir con la ley, se establece con claridad, y esto viene de la ley misma, que el agente que al hacer uso legítimo de la fuerza causase a un delincuente, daños y hasta la muerte, pueda defenderse en libertad. Esto también es importante.

P.- ¿Es un cambio sobre cómo se estaba manejando el uso de la fuerza por parte de policías y militares?

También hay que aclarar que en casos excepcionales, con la declaración de un juez que disponga una medida preventiva, el agente; ni policías, ni militares, irán a una instalación donde se encuentren presos comunes. Va a existir una instalación distinta para que cumplan la orden del juez. También está en el reglamento cómo se va a hacer la protección y defensa de estos agentes. ¿Por qué imagine usted un sargento, un capitán, o un coronel, de dónde van a sacar dinero para pagar a un bufete de abogados? Sabiendo a quiénes se enfrentan. Estamos enfrentando a criminales respaldados por enormes sumas de dinero. Y finalmente, el tema de la garantía de la atención médica a los agentes, en caso de que resulte herido o con problemas de salud por un enfrentamiento. Estamos por fin respaldando a quienes se juega la vida cada día por asegurar nuestra tranquilidad. Si usted se pone a pensar, esta era una deuda histórica.

P.- Muchos critican la aprobación del reglamento señalando que daría una patente de corso a los funcionarios para hacer uso de su arma de dotación. ¿Qué dice a eso?

Este reglamento no quiere decir que tengan una patente de corso para hacer lo que ellos quieran, está establecido cómo deben actuar sobre la base de los derechos humanos, respetando la normatividad internacional, en la Constitución del Ecuador se establece que en derechos humanos las normas internacionales tienen prevalencia sobre las normas nacionales. Es un reglamento que permite el uso legítimo de la fuerza respetando los derechos humanos.

P.- Declarar a los grupos criminales como grupos terroristas ha generado críticas, dicen que es dar una patente de corso al Estado para disparar. ¿Cómo manejar estas críticas?

En primer lugar, hay todo un derecho internacional al respecto, la Convención de las Naciones Unidas para combatir al crimen organizado, al terrorismo, a la corrupción y también en América, existen las convenciones de la OEA en las que somos parte como Estado, que las tenemos que cumplir, no es solamente el derecho interno, es el derecho internacional. Estamos hablando que el terrorismo según la Convención de la ONU ataca a los derechos humanos de las personas, no estamos hablando de que podría afectar al Estado, sino que se reconoce que esos actos son atentatorios a los derechos humanos y que el Estado debe orientarse a la protección de las víctimas. Entonces, ¿qué pueden reclamar? Estamos hablando de todo un sistema de Derecho Internacional en el que somos un Estado parte y por lo tanto estamos obligados a cumplir y estamos comprometidos.

P.- ¿Cuáles son los siguientes pasos?

Esto tiene que ser una política de Estado. Este gobierno ha tenido que reconstruir un sistema de seguridad que fue desarmado completamente. Rafael Correa tuvo un sistema de seguridad, porque ellos vinieron a quedarse por mucho tiempo, no podían vivir sin un sistema de seguridad. Pero usted recordará que en la época de Lenin Moreno se suprime el Ministerio del Interior, se suprime la Secretaría de Seguridad y se entrega al Ministro de la Defensa las funciones de coordinador de seguridad, eso no tiene ni pies, ni cabeza. La Defensa es una parte de un subsistema, pero no puede el mismo encargado, porque la seguridad implica un amplio paraguas donde se cobijan todos los subsistemas de la seguridad.

P.- ¿Qué viene ahora, qué pueden esperar los ciudadanos?

Bueno, hay que fortalecer la Secretaría de Seguridad, es decir, está recién nacida, tiene pocos meses y para mí ese es un punto clave. Por eso crearon un Ministerio Coordinador. Eso existía en el sistema anterior que fue muy eficiente y efectivo. Esto fue atacado por los comunistas porque decían que era impuesto por los Estados Unidos, pero había un secretario, había una secretaría y de la secretaría dependía de la Dirección Nacional de Inteligencia. Entonces, hay que fortalecer a la Secretaría. En la propia ley Orgánica de Seguridad Pública del Estado se le encarga a un ministerio coordinador o quien haga sus funciones, todos los esfuerzos en todos los aspectos de la seguridad nacional. Tiene que planificar, dirigir y evaluar los resultados. Había una carencia enorme de este órgano coordinador, que ahora ya está aportando en manos del general Wagner Bravo que es un profesional experto. Hay que fortalecer la lucha contra la corrupción, hay que fortalecer la contrainteligencia para proteger al Estado de la infiltración, de la cooptación de los grupos criminales, porque cuando está contaminada la institucionalidad usted tiene al enemigo adentro. Así es el crimen organizado ha pasado en México, en Colombia, financia campañas, tiene su propio alcalde, si no va a ganar, matan al que le va a ganar.

P.- La decisión de atacar la corrupción es importante ¿Por qué no fue promocionada, como se hizo con el terrorismo?

Me parece que pasó desapercibida porque al día siguiente el Presidente hizo su declaración sobre la reelección y su declinación. Me parece que eso capturó la escena informativa. Se juntaron los dos temas.

P.- ¿Cómo seguir avanzando en el combate al crimen organizado?

La estrategia fundamental tiene que ser atacar a las bases de poder del crimen organizado. Porque lo que es visible es el último nivel de la pirámide. Se debe atacar al lavado de dinero, a las empresas que dan seguridad a la movilización de los precursores para que en las plantas ilegales se produzca la droga. El crimen organizado ahora es como un pool de empresas, unos dan un servicio, otros prestan otro y todos trabajan para quienes están llevando la droga a Europa o Estados Unidos. Debemos atacar e incidir en esa cadena de valor. No solo es atacando a las mulitas, a los sicarios y todo lo demás. Allí viene la inteligencia y el trabajo para ir a las fuentes de poder desde la que se mueve la gran maquinaria del crimen organizado. Pero en esto no hay milagros, en esto no hay un antes y un después en apenas un mes. Vean cuántas veces México ha declarado la guerra al crimen organizado, las ha perdido todas. Porque esto no es una guerra en el sentido. Entonces, no se pueden esperar milagros, ni cosas sorprendentes, hay que ser cautos y saber que es una lucha que debe ser sostenida, que da resultados pero que se van ganando en una estrategia dilatada, sin grandes victorias, ni himnos, ni banderas, es una lucha constante.

P.- ¿Hacia dónde se dirige la estrategia?

La estrategia es muy importante, uno de los problemas es dónde estamos, es decir,  la geopolítica. Usted y yo podemos cambiar de casa, mudarnos de barrio. Pero aquí Ecuador no puede cambiar de barrio. El problema que vivimos en Ecuador es un desbordamiento del problema colombiano. Antes, cuando éramos isla de paz, había una ventaja, hay que decirlo. En el pasado las FARC ejercían el control territorial de la frontera entre Colombia y Ecuador. Los ecuatorianos limitaban por el norte con la FARC. Cuando se firmó la paz y el Estado colombiano no ocupó los espacios de poder que ejercía la FARC, los propios elementos de las FARC se dieron cuenta de que la aplicación de la paz sólo beneficiaría a las cúpulas. Desapareció la FARC y asomaron las disidencias. Esto complicó enormemente el problema, porque ahora meten la mano también los cárteles mexicanos. Antes había un solo comprador, que era la FARC, hoy hay muchos vendedores, productores y sembradores. Hoy hay 15, 16, que compran, que venden, que pagan en droga.

P.- ¿Cómo poner fin a esta situación en la frontera?

Necesitamos una política común de seguridad. Si nos vamos por el sur, tenemos al segundo mayor productor de hoja de coca. Por el sur también ingresan las armas que usted ve en los Centros Penitenciarios. Entonces, necesitamos un trabajo potente. Y la Cancillería está empeñada en hacerlo desde el servicio exterior. No puede haber una embajada ecuatoriana con agregados militares o policiales que no estén trabajando dentro de un plan. Es un tema de una estrategia abarcante, amplia. Yo estoy muy contento de ver cómo todas las Funciones del Estado presentes en el Cosepe están alineadas, esto no se veía antes. Inclusive se prefería no reunir al Cosepe, porque las Funciones se llevan mal. No se daban cuenta que la seguridad es un tema de Estado, que seas de izquierda o derecha te pueden matar en la calle, o te pueden secuestrar a un hijo. Yo veo con mucho entusiasmo la participación de todas las instituciones del Estado y yo creo que el presidente está haciendo lo correcto. No va a haber un milagro, pero sí usted lo está haciendo bien, el resultado va a ser bueno. Si usted aplica la mejor estrategia, los mejores métodos, las mejores tácticas, los resultados tienen que ser positivos. Se está haciendo lo mejor con una visión correcta. Se está desarrollando y se está actualizando, incluso en la doctrina.

P.- ¿Cómo están trabajando el tema de la doctrina entre la FF.AA y la Policía Nacional?

En eso están trabajando los académicos, los técnicos del Centro de Estudios Estratégicos de la ESPE, que están trabajando en apoyo de la Secretaría, también lo hace el IAEN  que ya va a comenzar una maestría de seguridad, que será abierta, porque la seguridad no es un tema solo de policías y militares, es un tema de civiles. Necesitamos que haya más participación de la sociedad civil.

P.- Hay quienes critican su nombramiento, señalando que busca retomar el militarismo. ¿Es cierto?

Yo soy un académico, he escrito siete libros sobre seguridad. Eso no tiene nada que ver. Ya no soy militar desde hace mucho tiempo, pero he escrito siete libros sobre estos temas. Entonces, sí me llamó el presidente es porque conoce que soy profesor en la Academia de Guerra del Ejército, en la Academia de Defensa Militar Conjunta y los profesores estamos al día, estamos viendo el último grito, estamos investigando. Entonces, no es que esté aquí por ser militar o general. ¿Acaso por ser militar yo fui alcalde de Quito? Mi experiencia como alcalde en seguridad, en Quito tuvimos un sistema de seguridad que fue admirado en América. Pocas personas han tenido la suerte de ver el tema como alcalde, como general, y como catedrático. Debe ser por eso que me llamó el presidente. No estoy echandome flores, pero eso explica por qué el presidente me llamó, no fue por militarizar, sino para poner gente que sabe. El general Wagner Bravo, todos los días está invitando a los medios es porque sabe, no porque es militar. El Presidente tomó la decisión de poner gente con experiencia y experticia.

P.- No podemos dejar de consultarle sobre las últimas decisiones del Presidente Lasso en el tema político. ¿Cómo ve usted la decisión de declinar a la candidatura presidencial?

No soy un asesor del Presidente Guillermo Lasso en temas políticos y no me puedo atribuir los méritos de su equipo político, pero el presidente está vestido de estadista, una cosa es ser presidente y otra es ser estadista. La decisión de disolver la Asamblea, y con la decisión de decir no a la reelección, demuestra que está pensando en el país. No en sí mismo o en su partido, nos está dando un ejemplo de democracia. Porque la verdad es que el problema de este país es sobre democracia o totalitarismo. Yo veo con horror lo que pasa en Nicaragua, en Venezuela, y veo con una enorme satisfacción cómo ese proceso perverso que nos habría llevado al mismo lugar lo suspendió Lenin Moreno. Cómo ve, al igual que critico sus decisiones en el tema de seguridad, agradezco que él (Lenin Moreno) permitió que se suspendiera ese proceso maléfico. Además, está demostrado no es calumnia, estamos hablando con sentencias. Entonces, el Presidente Lasso con una posición de estadista ha tomado decisiones y el país se va a acordar de él por eso.

P.- ¿Y por qué aceptó el llamado de Guillermo Lasso?

Porque la seguridad no tiene ideología, yo soy un soldado, porque eso no se pierde, lo he sido desde los 16 años, porque amo a este país y le he dado toda mi vida. Y por mucho que me han calumniado, saben bien quién soy. Estamos en un buen momento y la seguridad tiene que ser defendida ante la sociedad. No se puede permitir que cambie de gobierno y comencemos de cero. En mi último libro, analizo las políticas de seguridad en otras naciones, en Alemania, España, Reino Unido, Estados Unidos y China, para observar experiencias, en todas hay continuidad. No se puede jugar con la seguridad. La seguridad es un tema de Estado y las políticas de Estado no son de corto plazo.

P.- Mirando a una política de seguridad de Estado ¿Cuáles serían los próximos pasos que debe dar el próximo gobierno?

Depende de quién llegue al poder, porque también hay una opción, hay que decirlo, que es el pacto con el crimen organizado. “No me molesta, no te molesto”, “tomen y llévense las cárceles”. Eso sería el pacto mafioso. Por el contrario, el gobierno que venga tiene que decir con claridad al país. ¿Qué mismo quiere?. Si quiere una paz ficticia que destruye moralmente al Estado a través de un pacto mafioso, no lo vamos a permitir los ecuatorianos. O si da continuidad a un proceso más bien técnico. No digo que se mantenga exacto, pero se mantiene lo esencial. Cualquiera que gane la presidencia, además que va a ser por corto plazo, lo sensato sería que de continuidad porque va a recibir un proceso, no va a recibir un producto terminado. Tiene que seguir impulsando con guías políticas, pero sintiendo que estamos haciendo es lo que la técnica aconseja, no el cálculo político, no el cálculo personal, no el cálculo ideológico. El que llegue debe dar continuidad. (ILS)