Alrededor de 700.000 personas tendrían empleo en el sector minero hasta 2030. Existen dos grandes minas en producción y otros 10 proyectos en desarrollo.
Actualmente, Ecuador tiene 12 proyectos mineros avanzados a grande y mediana escala. De ese total, solo dos están en explotación (Fruta del Norte y Mirador); los otros 10 se encuentran en diferentes fases de desarrollo.
Si esos proyectos evolucionan sin contratiempos, la Inversión Extranjera Directa (IED) que pueden generar, entre 2022 y 2025, llega a $10.524 millones. Ese valor más que se duplica hasta 2052, que es el límite de su vida útil.
Según un informe presentado por la Cámara de Minería del Ecuador, y el Grupo Spurrier, en los próximos 30 años, si todos llegan a la fase de explotación, y se aprovechan todas las reservas de minerales, el aporte directo al fisco de esas 12 minas sumaría $44.449 millones. De 2022 a 2025, ese aporte no sería menor a $3.103 millones.
En esos mismo 30 años, las exportaciones tendrían un valor presente de $176.396 millones hasta el fin de su vida útil en 2052. A eso se debe añadir más de $7.000 millones en regalías para inversión social. Esos valores sumados equivalen a seis veces el actual Presupuesto General del Estado (PGE).
Asimismo, el desarrollo de los 12 proyectos mineros acarrearía un aumento importante en la generación de empleos. Se pasaría de los 138.000 creados hasta 2021 a 698.000 puestos de trabajo en 2030.
Trabas y creciente lobby antiminero
Alberto Acosta Burneo, economista, explicó que el potencial minero es enorme y podría ser un factor decisivo para crecimiento económico y social del país, siempre y cuando se inviertan con inteligencia los beneficios.
Sin embargo, con el solo desarrollo de los 12 proyectos avanzados, el valor agregado del sector minero aumentaría hasta el 3,6% del Producto Interno Bruto (PIB). Esos niveles dejarían a Ecuador muy lejos de vecinos como Chile y Perú con porcentajes del 12,5% y 10,2%, respectivamente.
El futuro del sector es incierto porque existe un creciente lobby antiminero que busca, no solo frenar las iniciativas actuales, sino cerrar el paso a toda actividad futura. Incluso, se barajan escenarios en donde solo las minas en producción (Fruta del Norte y Mirador) continúen operando, y el resto quedan definitivamente bloqueadas.
En ese caso, se perderían más de $137.000 millones en exportaciones, $34.700 millones en ingresos fiscales, y 345.000 empleos adecuados.
Walter Spurrier, economista, recordó que el lobby antiminero no es nuevo, pero ha venido ganando fuerza. «Los mismo que apoyaron el mandato minero de 2008, durante la Constituyente de Montecristi, ahora buscan frenar la actividad», dijo.
Ese mandato paralizó las inversiones que comenzaban a crecer en esa época. Sin recursos ni opciones, los descubridores originales de las grandes minas como Fruta del Norte y Mirador tuvieron que vender sus concesiones.
Spurrier recordó que durante la mayor parte de la década de Rafael Correa se le cerró el paso a la actividad minera, pero todo cambió desde finales de 2014. En esa fecha comenzó a desplomarse el precio del petróleo y de repente la minería fue vista como tabla de salvación.
A la oposición política y social, también se suma la pesada tramitología, la falta de controles a la minería ilegal y las crecientes consultas populares que ponen en aprietos a un sector que apenas está dando sus primeros pasos en firme en el país. (JS)
DATO.- El sector minero tiene un efecto multiplicador de 1,42. Esto significa que, por cada dólar de producción en este sector, se generan $0,42 en el resto de la economía.
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